Del Quimicefa al -inator: la educación que recibí de Bacterio, Panoramíx y Tornasol para acabar amando a Heinz Doofenshmirtz

De pequeña soñaba con ser científica, recuerdo que con seis años ya les pedí a los Reyes Magos que me trajesen el Quimicefa. Esa caja en cuyo frontal aparecían tubos de ensayo, pipetas y muchos botecitos con sustancias químicas era un auténtico cofre del tesoro para mí. No sabía pronunciar […]