A solo once kilómetros de la ciudad del Cusco, el distrito de San Jerónimo conserva una riqueza cultural que se expresa en la tranquilidad de sus calles y en una gastronomía ancestral que ha pasado de generación en generación. Platos como el chicharrón de cabeza de chancho, el yuyo con mote, los purus (habas) y el tradicional caldo de chuto siguen vivos gracias al conocimiento y dedicación de adultas mayores que hoy transforman su herencia culinaria en una fuente de desarrollo y dignidad.