Antonio Cano e Hijos: Una labor de generaciones

La historia de Antonio Cano e Hijos comenzó a escribirla Antonio Cano y Josefa Vico, matrimonio que adquirió unas instalaciones en Luque que estaban en desuso. En concreto, una fábrica de harina y otra de aceite. La segunda prosperó desde entonces hasta nuestros días mediante una diferenciación basada en la historia, tradición y legado familiar existente detrás del nombre de la empresa, factor que se ha convertido en un elemento fundamental. Otro punto de diferenciación es el trato personal que intenta dar a cada uno de los clientes en su actividad. La almazara gestiona 300 hectáreas propias de olivos mediante tres socios, llegando a generar, en 2024, un volumen de negocio que alcanza los 36 millones de euros. Mediante el trabajo constante y un profundo respeto por sus raíces, la empresa se plantea el futuro en cuatro direcciones que se presentan en forma de retos. La primera, el aumento de la capacidad de trabajo; la segunda, el incremento de las ventas al exterior; la tercera, el mantenimiento de la calidad del producto; y la última, la regularidad en el buen servicio otorgado al cliente.