En los últimos años, los medios de comunicación en el mundo occidental alertan sobre el declive de las abejas domésticas y han descrito una situación desesperada respecto a las poblaciones mundiales de este grupo de insectos. Según el Instituto Nacional de Alimentos y Agricultura del Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, se considera clave el encontrar métodos para mantener vivas las abejas de forma sostenible, ya que alrededor del 35% de los alimentos del mundo dependen de los polinizadores. Esto supone una pérdida de producción de miel, una disminución en la renta de los apicultores, así como dificultades para la polinización de muchos cultivos que necesitan de la participación de polinizadores.