Óscar, enfermero, ante la saturación de las urgencias por gripe: "Estamos pagando las carencias del sistema sanitario público"

Aragón se enfrenta a un doble desafío sanitario con la llegada del invierno. Mientras la epidemia de gripe se extiende por las tres capitales de provincia y se acerca a su pico de contagios, los profesionales de los hospitales ven cómo la situación llega al límite. La tasa de incidencia media de la gripe en la comunidad se sitúa en 350 casos por cada 100.000 habitantes, una cifra que, aunque ha mostrado una leve reducción en Zaragoza, mantiene las urgencias hospitalarias bajo una presión extrema. Las reuniones y encuentros de la Navidad se presentan ahora como un factor clave que determinará la evolución de los contagios en las próximas semanas, manteniendo en vilo al sistema sanitario. Los expertos en salud pública vigilan de cerca la curva de contagios. Según ha explicado la jefa del servicio de vigilancia epidemiológica, Begoña Diego, lo habitual en estas epidemias es una subida de tres o cuatro semanas hasta alcanzar el máximo, para luego comenzar el descenso. "Lo esperable es que estemos muy cerca ya del pico epidémico", ha señalado Adiego, sugiriendo que los próximos días serán críticos. Ante este escenario, las autoridades sanitarias insisten en la importancia de la vacunación como principal herramienta de protección. En este sentido, se destaca el éxito de las dos jornadas de vacunación sin cita previa realizadas en el Hospital Provincial de Zaragoza, una medida que busca aumentar la inmunización de la población y mitigar el impacto del virus en el sistema. La presión asistencial ha tenido su reflejo más directo en las urgencias del Hospital Miguel Servet de Zaragoza, donde la situación ha sido calificada de insostenible. Un total de 243 profesionales de diferentes estamentos han respaldado un escrito en el que demandan soluciones urgentes para la saturación del servicio y, de forma prioritaria, la creación de un entorno más seguro, especialmente en la gestión de pacientes de salud mental. Óscar Burriel, enfermero de urgencias de este hospital, ha explicado que no se trata de un problema puntual derivado de la gripe, sino de un problema estructural que se ha perpetuado en el tiempo. "Es un problema que se perdura en el tiempo, que no es momentáneo de momento de gripe", ha afirmado Burriel. Burriel atribuye el colapso a una combinación de factores, entre los que se encuentran las deficiencias en la Atención Primaria y la falta de camas de hospitalización, lo que agrava la situación en momentos de alta demanda como el actual. La preocupación por la seguridad del personal ha aumentado tras un incidente grave ocurrido el pasado miércoles con un paciente que requería un ingreso involuntario. "Estamos pagando las consecuencias de las carencias del sistema sanitario público", ha sentenciado el enfermero, resumiendo el sentir de sus compañeros. En el escrito presentado, los trabajadores reconocen la complejidad del problema, pero exigen medidas inmediatas o "parches preventivos" para salvaguardar la integridad de los profesionales sanitarios. Entre las propuestas concretas, demandan que ningún profesional trabaje solo en ningún espacio de urgencias y que se diseñen zonas seguras con vías de escape. Burriel ha puesto como ejemplo una nueva área de traumatología que, pese a ser de obra reciente, "es un sitio que es un agujero, no tenemos salida". La gestión de los pacientes con problemas de salud mental es una de las mayores preocupaciones. El enfermero ha criticado la falta de espacios adecuados para estos casos. "Una persona que tiene un ingreso involuntario, no parece lógico que esté en una sala de observación, acompañado por 22 personas, separado por biombos", ha detallado, explicando que esta situación es un caldo de cultivo para incidentes. A largo plazo, los profesionales insisten en la necesidad de abordar "el fondo de la cuestión", lo que implica reforzar la Atención Primaria y buscar fórmulas para los pacientes más vulnerables. Además, sugieren lanzar campañas de sensibilización para educar a la ciudadanía sobre el uso correcto de las urgencias. Respecto a cuándo se debe acudir a un hospital, Burriel ha recordado que los procesos leves como fiebre, cuadros gastrointestinales, vómitos o diarreas sin patologías asociadas no requieren, por norma general, una atención hospitalaria. Sin embargo, ha matizado que no se debe culpar sistemáticamente a los ciudadanos, ya que muchos acuden a urgencias porque no encuentran respuesta en otros niveles del sistema. "Tenemos un teléfono de Salud Informa que yo como usuario llamas y no te lo cogen", ha ejemplificado, concluyendo que la solución es compleja y requiere tocar muchos frentes: "habrá gente que lo use mal, pero habrá gente que lo use así porque no le dan respuesta en otro lado".