Alzar el vuelo como punto de partida. Un salto al vacío que entrega el testigo a la suerte y acepta las reglas de una industria que bebe, en gran medida, del azar. Clara Olóndriz, consciente de su capacidad para transmitir con una voz delicada pero con cuerpo, ha decidido dejar su trabajo para apostar todo por un sentimiento: el que la une a la música desde mucho antes de decidir que quería ser cantante.