El Partido Popular gana, como se esperaba, pero no alcanza la mayoría absoluta, como deseaba. Ese es el titular que dejan las elecciones extremeñas, con el 48 por ciento del voto escrutado, en una noche donde el vencedor moral no está en Génova, sino en Bambú. Vox es la gran sorpresa de la jornada, con doce diputados autonómicos y por encima del dieciocho por ciento de los sufragios. Un resultado que no pronosticaban ni las encuestadoras más optimistas con los de Santiago Abascal. La presidenta de la Junta de Extremadura, María Guardiola, adelantó dos años las elecciones autonómicas por el bloqueo legislativo, incapaz de aprobar los presupuestos tras abandonar Vox en 2024 todos los Gobiernos que compartía con el PP, pero su objetivo de alcanzar la mayoría absoluta no se ha cumplido. Su candidatura obtiene veintinueve escaños, dos más que en 2023, Tras una campaña marcada, entre otras cosas, por los mensajes cruzados entre Guardiola y Santiago Abascal, quien ha asumido en primera persona la contienda electoral eclipsando por completo a su candidato, Óscar Fernández, los actuales resultados obligarían a bajar los decibelios y sentarse en una misma mesa. La falta de acuerdo obligaría a los extremeños a volver a votar en unos meses. El PSOE, por su parte, confirmaría el descalabro con el peor resultado de la historia en una comunidad autónoma donde nunca había bajado del 39 por ciento de los sufragios y este domingo cae con estrépito. Miguel Ángel Gallardo, procesado y a la espera de juicio por el supuesto enchufe del hermano del presidente del Gobierno, David Sánchez, es el principal señalado junto al propio Sánchez, quien asumía como secretario general socialista las primeras elecciones desde el estallido de los casos de corrupción en su partido. (INFORMACIÓN EN ELABORACIÓN)