El Betis despidió el año a lo grande. Con una goleada que necesitaba el equipo para volver a sentirse fuerte en LaLiga. Una demostración de que los de Manuel Pellegrini todavía quieren dar guerra en la competición liguera. Un festival que premió a Aitor Ruibal y a Ángel Ortiz , dos meritorios que se ganaron un sitio en el once y le inyectaron energía a un Betis que la necesitaba. También apareció la mejor versión de Nelson Deossa y la firmeza defensiva necesaria para apabullar a un Getafe que se vio superado por todos los ángulos del campo. Seis puntos de los últimos 15 eran pocos para mirar hacia arriba como desea este Betis. Lo sabía también Pellegrini, que movió las piezas necesarias para encontrar la mejor versión verdiblanca. Una lectura perfecta de lo que exigía el partido para desactivar las emboscadas habituales de Bordalás y su Getafe. Un partido que comenzó a ganar desde el primer minuto y que sentenció en un arranque del segundo acto cuando sí aprovechó esos espacios que a los azulones no les quedó más remedio que ofrecer. Al son de Ruibal pero con la colaboración de todo el equipo en un gran triunfo colectivo. Se marcha el Betis a Navidad con 28 puntos en la tabla, sexto clasificado, y muy vivo en todas las competiciones. Con una goleada que alegra a ese beticismo que celebró la Navidad por adelantado . Una fiesta absoluta para despedir 2025 y mirar con optimismo al futuro. 'Sí, sí, sí que bote Villamarín' en plena Cartuja. Ni Sesma Espinosa, que quiso hacerse protagonista, ensombreció el festejo. Tenía claro el Betis el tipo de partido que le esperaba contra el Getafe, que colocó una defensa de cinco para intentar torpedear el juego entre líneas verdiblanco. No lo consiguió Bordalás, que se desesperaba en la banda. Cerrando filas cuando tocaba, presionando con orden y saliendo con velocidad, el Betis interpretó la sinfonía a la perfección . Y si al descanso el duelo sólo registraba un 1-0 fue por la falta de pegada en el área. No era la noche del Cucho, con mucha movilidad pero sin ese martillo del '9' que requería el duelo. Fueron los mejores 45 minutos de Nelson Deossa. Hiperactivo, tanto en la resta como organizando el juego, el colombiano comenzó a ofrecer esa versión que esperaba más que nadie Pellegrini. Al son de Deossa, con la colaboración de Fornals, el Betis empezó a manejar la pelota . Ya lo habían probado Antony, con un remate flojo (5'), Fornals, con un disparo al que respondió bien David Soria (6') y el Cucho, tras un magnífico centro de Ortiz (13'), pero el tanto bético llegaría con el comodín. Aitor, uno de esos meritorios de Pellegrini, leyó a la perfección el centro de Antony para colarse entre la zaga del Getafe y conectar un cabezazo hacia la red. Un gol que premiaba la buena puesta en escena del Betis ante un Getafe que quería una emboscada, pero que no la consiguió llevar al césped. Tras el gol, el Betis fue bajando las revoluciones. Sin perder el control ni la firmeza atrás, los verdiblancos entendieron que era el momento de esperar que el Getafe se abriera. Y sucedió en varias ocasiones, pero la falta de acierto en los últimos metros impidió aumentar la ventaja. Unas veces una mala decisión de Antony, en otras un disparo inocente de Fornals o del Cucho, los verdiblancos acumulaban llegadas pero también malas decisiones . Sin conceder una ocasión al rival, más allá de un testarazo de Arambarri que se marchó muy desviado, pero sin conseguir ese segundo tanto que abriera distancia en el marcador. Todo quedaba abierto para la segunda parte en la Cartuja... Hasta que el Betis encontró la llave para abrir una y otra vez la portería de Soria. Toda la eficacia que faltó en el primer acto la encontró el equipo verdiblanco tras el intermedio . Con la solidez atrás y salidas rápidas hacia el gol. El 2-0 no podía ser de otro que de Aitor. El contragolpe bético, desde la primera descarga del Cucho en campo propio, fue perfecto. Antony puso la moto hacia la portería de Soria y con el camino despejado sacó el fusil de su zurda. Esta vez el disparo del brasileño se estrelló en el poste, pero el rechace lo cazó el comodín, el hombre para todo. Una pausa de Aitor y un disparo certero con la diestra para ponérsela imposible a Soria. Casi sin tiempo para digerir el segundo, el Getafe se encontró el tercero. El Cucho, en su versión de asistente, le metió de primeras un balón a Fornals a la espalda de la adelantada zaga visitante. El castellonense recorrió el campo hasta el área getafense para enganchar un derechazo que se coló como un obús. Un 3-0 que llevaba la fiesta a la Cartuja y el enfado al banquillo azulón , donde Bordalás ordenó un cuádruple cambio. Tampoco le sirvió al alicantino, que había visto cómo le anulaban un tanto a Mayoral por un fuera de juego milimétrico. Un disparo de Aitor, quien si no, lo despejó Soria como pudo hacia el centro y allí, entre una marea de piernas, apareció el Cucho para anotar, esta vez sí, su gol. Un 4-0 que llevó la ola a la Cartuja y que provocó que Pellegrini ya sí reservara a Antony y Natan, dos futbolistas que acumulan muchos minutos en sus piernas. Pudo lograr el Betis la manita, pero el árbitro, que quiso hacerse protagonistas en los minutos finales, lo acabó anulando por fuera de juego. También señaló un penalti, tras larga revisión en el VAR, que Mayoral envió fuera. Ya daba igual, la fiesta había sido verdiblanca. Una goleada para que el beticisimo celebrase la Navidad por adelantado.