Cuando uno ya creía haberlo visto todo en materia de esperpento, aparece en la televisión una señora disfrazada de gnomo , de espaldas a la cámara, asegurando que Adolfo Suárez la agredió sexualmente hace más de cuarenta años, cuando ella era una cándida adolescente; tan cándida que escribía cartitas a un señor poderosísimo y celebérrimo al que no conocía de nada, pidiéndole consejitos que la orientasen en la vida. No seré yo quien se ponga a escribir panegíricos de Suárez, cuyo legado político considero deplorable, pues no en vano contribuyó a la instauración de un régimen político que ha convertido España en una pocilga. Pero Adolfo Suárez, antes que un político errado, es una persona con derecho al honor cuya... Ver Más