Guardiola celebra su victoria en Extremadura y pide a Abascal "una lectura sosegada de las urnas"

La noche electoral en Extremadura deja una sensación de victoria clara en el PP después de coronarse como primera fuerza, a gran distancia del PSOE, al que saca casi 18 puntos. Alberto Núñez Feijóo siguió el escrutinio acompañado de su dirección nacional y en presencia del presidente de Aragón, Jorge Azón, que es el próximo dirigente en examinarse en el mes de febrero. Llamó por videoconferencia a María Guardiola y la felicitó por su triunfo electoral: más del 43% del voto. Eso sí, la mayoría absoluta por la que peleaban, quedó muy lejos. Solo logró subir un escaño, hasta los 29. En Génova insisten en poner en valor los resultados y señalan que «la derrota del PSOE es grande», calificando de «paliza» lo que arrojaron las urnas extremeñas para Pedro Sánchez, al que ven como el gran perdedor de una noche que anticipa, ya sin duda, el fin de un ciclo electoral. «Ya trabajamos para la siguiente gran noche del PP», dicen en el núcleo duro Feijóo, mirando a los comicios aragoneses. «Tras ganarles hoy, ya trabajamos en ganarles de nuevo el 8 de febrero. Ese día Sánchez no debería ser presidente del Gobierno», afirman. La visión que trasladan los populares es que han cumplido con los objetivos marcados: suben 4 puntos porcentuales el voto con respecto a 2023, tienen más diputados (en realidad uno solo), suman más que toda la izquierda junta y, sobre todo, provocaron un hundimiento histórico de los socialistas. El otro objetivo que agitaban en Génova no se cumplió: reducir sustancialmente su dependencia de Vox. Más bien ha ocurrido lo contrario: Santiago Abascal dio la sorpresa de la noche consiguiendo prácticamente un 17% del voto, porcentaje que ni siquiera Vox esperaba en esta comunidad autónoma. Es cierto, como recalcan en el PP, que Guardiola ha tenido prácticamente el mismo porcentaje de voto que Juanma Moreno en Andalucía, más del 43%. Pero Extremadura, comunidad con dos circunscripciones, ha dificultado mucho la optimización del voto en escaños. En los últimos días dirigentes populares consideraban posible que la presidenta se acercara al porcentaje del 46% que ya logró José Antonio Monago en 2011. La otra cuestión que en Génova repiten una y otra vez es la histórica suma de la derecha en una comunidad como la extremeña, donde la izquierda ha sido dominante prácticamente durante cuatro décadas. PP y Vox juntos arrojan un 60% de electores de la derecha. Una nueva realidad sociológica que anticipa hacia dónde irá el nuevo ciclo electoral. Dirigentes populares insistían este domingo en que es «el resultado del sanchismo». «Esto es lo que provoca Sánchez», resumían, convencidos de que el laboratorio extremeño anticipa lo que se verá en Aragón, Castilla y León, Andalucía y en toda España en cuanto se convoquen generales. «El PSOE baja más de doce puntos. El mayor batacazo de la historia de la democracia de un partido que además venía de ganar las elecciones», insisten en el núcleo duro de Feijóo, recordando que hace apenas dos años y medio los socialistas eran primera fuerza aunque empataron a escaños con el PP. En todo caso, la presidenta de la Junta decidió adelantar estas elecciones para ganar apoyos y depender menos de Vox. Un objetivo frustrado porque ahora el partido de Abascal tiene más fuerza de la que tenía antes. Algunos dirigentes reconocían en privado que «habrá que analizar con detenimiento» cada dato de la noche electoral, con el temor de que Vox saque la artillería pesada en la negociación.