Dice Cristi que trabajar le hace feliz . Así de sencillo. Que, precisamente, eso de lo que nos quejamos los demás, a ella la hace sentir viva : «Mi trabajo me genera endorfinas. Lo veo todo bonito. Siempre digo: 'qué amable la gente, qué bonita la ropa, qué bien todo'. Me dicen que es porque llevo poco tiempo, pero no». Para entenderla hay que volver 14 años atrás. Cuando le diagnosticaron una enfermedad rara que en su caso se convirtió en ultrarrara: «No respondía a ningún tratamiento». Fueron tiempos de hospitales, ingresos y paliativos. Morfina, fentanilo, corticoides. « Cuando me dijeron que podía trabajar vi el cielo abierto . Por lo económico y porque he estado en pañales, con una enfermera lavándome los dientes y porque me he despedido muchas veces». De la vida . «Levantarme, trabajar 20 horas semanales y verme en una vida normativa. Eso de lo que la gente se queja es lo que yo deseaba: tener un trabajo normal», insiste ella. Hoy, Cristina Rosales, 39 años, trabaja en Massimo Dutti, en la calle Larios de Málaga. No era el plan inicial, porque la firma textil buscaba a alguien para el almacén. Pero al verla y escucharla, cambiaron de opinión. Lo cuenta Pepi Bohórquez, trabajadora social de COCEMFE Málaga, -30 años en el mundo de la discapacidad-. Para ella, dedicada a la inserción de personas con discapacidad desde Málaga Integra, adherida al Programa Incorpora de Fundación La Caixa, éste ha sido un caso especial . «Esta contratación ha sido muy bonita porque no era algo que necesitaban de momento, pero la han cogido y han reestructurado la plantilla». « Queriendo se puede , es un poco el mensaje que nosotros queremos dar. La gente quiere trabajar , las ofertas están ahí, hay buenos candidatos que pueden encajar y eso es lo que ha hecho esta empresa en concreto», desgrana Bohórquez. «Cristina está encantada porque no puede trabajar a jornada completa. Se cansa muchísimo y la ha contratado de una forma que sí puede acoplarse». Señalan desde COCEMFE que, «como ella no tiene problema, trabaja sábado y domingo y según los días se puede organizar para descansar». Los descansos para Cristi son indispensables. Nos cuenta que exteriormente no se le nota ninguna discapacidad. Pero tiene reconocida un 69%. Todo causado por un Síndrome de Activación Mastocitaria (SAM) no clonal. Se trata de una enfermedad extremadamente rara que convirtió su cuerpo en una bomba imprevisible: más de 40 diagnósticos fallidos, 150 urgencias, 80 ingresos, 15 estancias en UCI y un coma inducido. Al principio, y durante años, nadie la creyó. Solo una hemorragia interna hizo evidente la gravedad real . A partir de ahí, observaron que antes de cada menstruación ingresaba crítica, hasta que a los 33 años (tras ser madre) decidieron extirparle las trompas y ovarios para frenar los brotes que la estaban llevando al límite. Tras esa operación logró cierta estabilidad, aunque las crisis siguen condicionando su día a día. Ella, nos cuenta, tiene «todo» en casa y «sabe lo que pasa cuando suceden». En este viaje de vuelta a la vida, tiene un mensaje para otras personas discapacitadas: «Tengo un 69% de discapacidad. Me costó mucho pedirla, lloré muchísimo. Porque la discapacidad está estigmatizada . Pero, si puede ayudarte a encontrar un trabajo, luego tú demuestra que vales. Yo aquí estoy. Por eso le digo a todas las personas con discapacidad que no se limiten. Si yo me limitara estaría en una cama llorando». No lo está, en parte, gracias a Pepi y el resto del equipo de COCEMFE. «Los conocí por internet», cuenta Cristi. «Por la vía de Desempleo de la Junta no vi que hubiese mucha oportunidad o quizá fue el hombre que me atendió, pero cuando llegué a COCEMFE, con todas mis dudas, me sentí una persona normal, entendían mi situación …» La maquinaria se puso en marcha: «Aquí nos llega gente con discapacidad que tiene actitud para trabajar. Hago una recepción, mi compañera hace una primera orientación y luego profundizamos», desgrana Pepi Bohórquez. El plan es crear un itinerario de vida: ¿Qué quieren hacer? ¿Cuáles son sus circunstancias? ¿Qué tipo de empresas les interesan? ¿Cómo está el mercado? Comienza la prospección. «Les cuento cómo está el mercado e intentamos acoplar la realidad de lo que necesitan y sus perspectivas », prosigue Pepi. A partir de ahí, a buscar empleo. «Preparamos el currículum, ensayamos cómo se hacen las entrevistas…». ¿El método? Estilo simulación: «Cuando la persona ya lo tiene claro, se le ponen muchos ejemplos de tipos de ofertas que suelen salir, vemos si las cogerían, si no las cogerían, por qué sí, por qué no… Para ponerlos en situación». Unas veces, explica Bohórquez, se envía la candidatura si hay ofertas; otras, es la empresa la que llama. Y así, persona a persona, se teje la red que consigue, que un empleado acuda, como Cristi, feliz a su trabajo. Son miles, recuerdan en la Fundación La Caixa. El año pasado, su programa Incorpora impulsó más de 42.000 inserciones laborales a través de todas sus entidades colaboradoras. Recuerdan desde la entidad que «esta cifra no solo refleja la eficiencia y el impacto de la iniciativa en el ámbito de la integración sociolaboral», también «el compromiso de las 16.000 empresas apuestan por la inclusión y la diversidad como motor del cambio». Como el laboral que acaba de cambiarle la vida, como ella dice, a Cristi.