Antes de que estallara en París la Revolución Francesa el 5 de mayo de 1789, en España ya teníamos experiencia en lo que a revueltas populares se refiere. En Madrid, por ejemplo, tres décadas antes había estallado el Motín de Esquilache a causa de las medidas adoptadas por el ministro de Hacienda, tales como la imposición de una tasa al traslado del grano y la prohibición del uso de la capa y el sombrero chambergo, entre otras. Aquello desembocó en la destitución del mencionado ministro extranjero, el marqués de Esquilache, que intentaba graciosamente cambiar las viejas costumbres de España ancladas en el Antiguo Régimen. En febrero de 1789, otra serie de revueltas provocadas por la subida del precio del pan,... Ver Más