El cariño une, el odio separa y la confianza es el lubricante para que todo funcione. Sin ella, ni el amor resiste los embates del tiempo. Pero cuando reina, todo suele estar bien entre las personas porque no hay rendijas para dudas. Una coraza ante los problemas para seguir mirándonos francamente a los ojos. Y cuando eso sucede, es inusual y complicado mentir.