La alegría desmesurada y el bienestar que puede provocar ganar la lotería tiene fecha de caducidad. Algunas personas pueden sufrir, incluso, una crisis de identidad, otras arruinarse y otras aumentar el consumo de drogas y alcohol. No tomar decisiones precipitadas e ir a terapia ayudan a gestionar mejor el 'subidón' al ganar el Gordo.