El nuevo rumbo que adoptará Talgo tras la entrada del consorcio vasco en el accionariado del constructor ferroviario debe situar a la compañía en un nuevo escalón estratégico. El contexto internacional le va a ser propicio, puesto que el ferrocarril es la vía de transporte por la que la Unión Europea quiere optar cada vez en mayor medida para rebajar la carga de contaminación que implica el tráfico por carretera. Y, por otra, porque la liberalización del transporte de pasajeros está abriendo una importante oportunidad de negocio para todo los sectores vinculados a la construcción y mantenimiento de trenes.