A finales de noviembre de 2024 las Cortes de Castilla-La Mancha aprobaron por unanimidad estudiar la creación de un centro de diálisis en Hellín para atender a los aproximadamente cuarenta enfermos renales que hay en la comarca y que necesitan una atención terapéutica que se ven obligados a recibir en un centro concertado de Albacete. De esa manera, se evitarían cientos de viajes en ambulancia o vehículos particulares que suman miles de kilómetros para todas estas personas. Sin embargo, justo un año después, el asunto fue tratado de nuevo el pasado 27 de noviembre en las Cortes a través de una pregunta del Grupo Parlamentario Popular, pero sin que se ofrezca una solución definitiva por parte de la Junta. Por ahora, el mensaje oficial del Gobierno regional en la sede parlamentaria, en este caso por medio del consejero de Educación, Amador Pastor, es el de la realización de un estudio de seguridad clínica y eficiencia de este nuevo servicio médico vital para estas personas que se reclama para su implantación en el hospital de Hellín. Ante esta situación, los afectados han llevado a cabo durante este tiempo toda una serie de acciones reivindicativas canalizadas a través de la Asociación de Enfermos Renales del Área de Hellín (Aderhe), una entidad creada para este fin que ya ha reunido 7.000 firmas y ha defendido esta causa en el pleno municipal de Hellín, aparte de recibir el apoyo de la Diputación Provincial y participar en l la consulta pública del Ministerio de Sanidad sobre la nueva certeza de servicios del SNS. La inexistencia de un centro de diálisis en Hellín obliga a todos los pacientes de la comarca con esta enfermedad, por regla general de avanzada edad, a una movilidad diaria calificada de auténtico calvario, ya que supone en muchos casos desplazamientos tres días por semana hasta Albacete capital, para ser atendidos de hemodiálisis en el centro concertado Avericum , ya que en el hospital se atienden solo casos extremos. En el caso de algunos enfermos supone realizar hasta 800 kilómetros en tres viajes semanales, ya que residen en lejanas pedanías en una zona de Alto Valor Natural con carreteras sinuosas de montaña en una altitud que oscila entre 400 y 800 metro. Eso supone en determinados casos entre una hora y media y dos horas de desplazamiento, otras dos y media o tres de sesión de tratamiento terapéutico y viaje de vuelta. Aparte de esta odisea viajera de tres veces a la semana por regla general, desde la asociación Aderhe se indica que estos pacientes están siendo tratados en Albacete en un centro que presenta problemas graves que, según asegura, son reconocidos por la propia Administración. Entre ellos apuntan que existen profesionales que no figuran como especialistas en Nefrología y que se producen bajas prolongadas sin sustitución, comprometiendo la continuidad asistencial. Sobre esa falta de personal, que califica como una «auténtica falta de seguridad», Aderhe ha indicado que desde abril de 202 ha presentado quejas ante el Defensor del Pueblo, que en su respuesta llegó a afirmar que el centro contaba con «cuatro profesionales especialistas altamente formados», sin especificar que fueran nefrólogos, pese a que esta especialidad es obligatoria según el BOE (Orden SCO/2604/2008). En la misma respuesta se afirmó que el centro disponía de «más de cuarenta médicos especialistas en Nefrología», un dato que aseguran es incompatible con la realidad del Hospital General de Albacete, ya que según su plantilla orgánica del Sescam dispone únicamente de 12 nefrólogos. Para contrastar los hechos, Aderhe solicitó información oficial al Colegio de Médicos de Albacete, que no respondió amparándose en la Ley de Protección de Datos, aunque sí el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos de España. Pero al mismo tiempo destacan que desde hace cuatro años este centro, coincidiendo con el cambió de empresa adjudicataria, no tiene acceso a la historia clínica de los pacientes del área de Hellín, aunque aseguran que «se está trabajando en ello». También indican que esta «situación de riesgo» que se va eludiendo con «argumentos retóricos» ha sido reconocida por la Consejería de Sanidad y el Defensor del Pueblo, lo que vulnera la Ley de Autonomía del Paciente y compromete decisiones vitales, y por otro lado hay dudas sobre el cumplimiento del pliego técnico del Sescam, especialmente en materia de supervisión nefrológica y valoración para lista de trasplantes. Esta situación, abundan desde Aderhe, choca además con iniciativas nacionales como el impulso de la diálisis domiciliaria o la Estrategia Nacional de Cronicidad 2025-2028, así como con el Plan de Salud H3.0 de Castilla-La Mancha que promueve la participación activa de los pacientes y la justicia territorial, que en cambio es impracticable en esta comarca. «Lo que para la Administración es un trámite aplazado, para los pacientes renales del área de Hellín es un desgaste físico y emocional constante», indican desde Aderhe. En una rutina diaria, los enfermos inician su viaje de madrugada desde pedanías remotas de la Sierra del Segura o de Alcaraz, se recogen a otros pacientes en ambulancias colectivas y recorren hasta dos horas hasta llegar al centro de diálisis. Tras tres o cuatro horas de tratamiento, realizan el mismo trayecto de vuelta y regresan a casa bien entrada la tarde o al anochecer, sin apenas tiempo para descansar antes del siguiente desplazamiento. Eso hace que en este año 2025 haya enfermos que ya acumulan más de 150 viajes cada uno. Según datos actuales facilitados por Aderhe, hay 35 pacientes del área de Hellín que actualmente se dializan en Albacete, mientras que otros dos pacientes realizan diálisis domiciliaria. Y todo ello en un escenario en el que la provincia de Albacete solo cuenta con un centro de diálisis, frente a los tres localizados en la provincia de Ciudad Real y dos en la de Toledo.. Asimismo, indican que Hellín es la zona con mayor dispersión geográfica y menor densidad de oblación de Castilla-La Mancha y la que cuenta con mayor pendiente media. También la organización Alcer Nacional ha denunciado reiteradamente la desigualdad territorial en el acceso a los tratamientos renales sustitutivos e igualmente se ha pronunciado sobre este asunto concreto de la petición de un centro de hemodiálisis en Hellín. A juicio de Alcer, el Hospital Comarcal de Hellín, con más de 13.000 m² de superficie y una infraestructura moderna, cuenta con capacidad técnica y humana para acoger este servicio esencial. Resalta asimismo, que la implantación del centro supondría no solo un acto de justicia sanitaria y territorial, sino también una medida sostenible. Al mismo tiempo, reduciría las emisiones y el impacto ambiental derivados de cientos de desplazamientos semanales por carreteras de alta montaña, una zona catalogada como ZEPA (Zona de Especial Protección para las Aves) y reconocida por su valor ecológico. A la vista de la situación, Alcer solicita que la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha incorpore en los próximos Presupuestos Generales una partida específica para la creación del Centro de Hemodiálisis de Hellín, que se dote al Hospital de Hellín de servicio de Nefrología estructural y personal especializado, y que se impulse, en una segunda fase, el desarrollo de modalidades de diálisis domiciliaria.