La categoría reina del automovilismo afrontará en 2026 uno de los mayores cambios reglamentarios de su historia reciente, con una revisión profunda tanto del diseño de los monoplazas como de las unidades de potencia La hoja de ruta de Pogacar para 2026: correrá Tour, clásicas como Milán-San Remo y París-Roubaix y descarta la Vuelta La Fórmula 1 afrontará en 2026 uno de los mayores cambios reglamentarios de su historia reciente , con una revisión profunda tanto del diseño de los monoplazas como de las unidades de potencia . El nuevo marco normativo, elaborado por la Federación Internacional de Automobilismo (FIA) junto a los equipos y el promotor del campeonato, busca redefinir el equilibrio entre rendimiento, sostenibilidad y espectáculo en una categoría que aspira a seguir siendo un escaparate tecnológico, pero también a mejorar las carreras en pista. Coches más cortos El cambio más visible llegará con los propios coches . A partir de 2026, los monoplazas serán más cortos y más estrechos , con una distancia entre ejes reducida que debería mejorar su agilidad y facilitar los adelantamiento s. Mantendrán las llantas de 18 pulgadas introducidas en 2022, pero con neumáticos más estrechos , una medida pensada para contener el peso y reducir la resistencia aerodinámica. También desaparecerán algunos elementos añadidos en los últimos años, como los arcos sobre las ruedas delanteras , en un intento de simplificar el diseño y frenar el aumento progresivo de masa que ha marcado la etapa actual. En el apartado aerodinámico , la Fórmula 1 optará por una normativa más sencilla que la vigente entre 2022 y 2025. El efecto suelo , clave en los monoplazas actuales , se mantendrá , pero de forma menos extrema: los túneles serán más cortos y los suelos más planos, acompañados de difusores de mayor tamaño. El objetivo es generar menos carga aerodinámica total y reducir la sensibilidad al aire turbulento, de modo que los coches puedan rodar más cerca unos de otros sin perder tanto rendimiento, uno de los grandes problemas de la Fórmula 1 moderna. Los alerones también cambiarán de forma notable. Tanto el delantero como el trasero serán más simples y contarán con menos elementos . Desaparecerá el alerón trasero de viga, mientras que el delantero reducirá su complejidad general, aunque seguirá siendo una pieza clave para el comportamiento del coche. La normativa, no obstante, deja cierto margen de desarrollo en zonas concretas, lo que permitirá a los equipos marcar diferencias técnicas dentro de unos límites más controlados. Adiós al DRS, hola al aero activo La gran novedad aerodinámica llegará con la introducción del llamado aero activo . Por primera vez, los monoplazas podrán modificar de forma controlada el ángulo de los alerones delantero y trasero según la fase del circuito y en zonas previamente definidas. En las curvas, los elementos aerodinámicos permanecerán cerrados para maximizar el agarre; en determinadas rectas, podrán abrirse para reducir la resistencia al avance y aumentar la velocidad punta. Este sistema sustituye al DRS tal y como se conocía hasta ahora y pasa a integrarse de forma más natural en el funcionamiento global del coche. Junto a ello, el reglamento introduce cambios en la gestión de la energía eléctrica . El conocido botón de despliegue de potencia pasa a denominarse Boost y permitirá a los pilotos utilizar la energía eléctrica disponible en distintos momentos de la vuelta , tanto para atacar como para defender posición. A esta herramienta se suma el nuevo Modo Adelantamiento , que solo podrá activarse cuando un coche esté a menos de un segundo del que le precede en el punto de detección y permitirá un mayor uso de la energía previamente recuperada, con el objetivo de aumentar las oportunidades reales de adelantamiento sin convertirlas en maniobras artificiales. El cambio más significatico estará en los motores El cambio más profundo, sin embargo, se producirá en las unidades de potencia. Aunque se mantiene el motor V6 turbo híbrido de 1,6 litros , el reparto de potencia se transforma por completo: la parte eléctrica se triplica y pasará a aportar aproximadamente la mitad de la potencia total del coche. Al mismo tiempo, desaparece el MGU-H , un sistema que hasta ahora recuperaba energía del calor de los gases de escape y que era una de las piezas más complejas y costosas de desarrollar. El sistema híbrido se simplifica y se centrará en la recuperación de energía mediante frenadas y levantadas del acelerador, permitiendo recargar el doble de energía por vuelta. Todo este cambio técnico irá acompañado del uso obligatorio de combustibles sostenibles avanzados , producidos a partir de captura de carbono, residuos urbanos y biomasa no alimentaria. Estos combustibles deberán cumplir criterios estrictos de sostenibilidad y buscan reducir de forma significativa la huella de carbono del campeonato sin renunciar al rendimiento , uno de los pilares del nuevo discurso de la Fórmula 1. El reglamento de 2026 incluye además mejoras relevantes en materia de seguridad . La célula de supervivencia del piloto será sometida a pruebas más exigentes, el arco antivuelco deberá soportar cargas un 23% superiores y la estructura de impacto frontal se rediseñará para absorber mejor colisiones graves, incluso en impactos secundarios. En conjunto, la Fórmula 1 de 2026 aspira a ser más eficiente, más sostenible y más competitiva, con coches que seguirán siendo muy rápidos, pero que exigirán una gestión mucho más fina de la energía, la aerodinámica y la estrategia en pista.