Los premiados de la Lotería de Navidad por debajo de este importe pueden cobrar el décimo a través de Bizum

El Sorteo Extraordinario de Navidad no solo se refleja en el bullicio de las administraciones de lotería, donde la ilusión y los nervios campan a sus anchas, sino también en la transformación silenciosa de un ritual secular: el momento de cobrar el premio. Si la compra digital del décimo y el envío por Bizum se han normalizado, el siguiente paso, el cobro, también se sube al carro de la inmediatez. Loterías y Apuestas del Estado ha integrado progresivamente soluciones que permiten a los afortunados con premios menores recibir su dinero de forma instantánea y sin billetes, destacando el uso de Bizum para importes inferiores a 2.000 euros. Agustí Fontanet, responsable de la administración La Gamba Colp de Sort en Dénia, vive estos días previos con la intensidad característica del sector. "Son jornadas de mucho trabajo y mucho jaleo, un poco estresantes, cuadrando todo antes del gran día", comenta mientras atiende un goteo incesante de clientes. Entre la venta de los números más demandados –como el 13, del que quedan "muy pocos" décimos, o el 25, estrella de este año–, Fontanet es testigo de cómo la tradición convive con la innovación. Y esa innovación alcanza su cenit cuando un cliente regresa con un décimo premiado. Según la normativa actual, los premios inferiores a 2.000 euros pueden cobrarse en cualquier punto de venta oficial. La novedad sustancial radica en que, cada vez en más administraciones, este trámite puede realizarse mediante pago móvil, evitando por completo la manipulación de efectivo. "El proceso es rápido y seguro. El vendedor valida el décimo y, autorizado el pago, puede transferir el importe al móvil del premiado en el acto a través de Bizum", explica una portavoz del sector. Esta vía es especialmente útil para premios de pequeña cuantía, agilizando colas y ofreciendo una comodidad añadida en una época de gran afluencia. Para aquellos que optaron por la compra online, la automatización es total. El importe del premio se ingresa de forma directa en la cuenta bancaria asociada por el usuario, sin que medie gestión alguna por su parte, siempre que el premio no supere el límite establecido para el cobro en administración. La facilidad tecnológica tiene, no obstante, un límite marcado por la ley. Para premios que excedan de 2.000 euros, el cobro mediante aplicaciones de pago instantáneo como Bizum no está permitido. Es obligatorio acudir a una entidad bancaria autorizada. Los expertos fiscales y los propios loteros insisten en un consejo crucial si el décimo es compartido: todos los participantes deben personarse juntos en la ventanilla del banco. Este procedimiento conjunto no es una mera formalidad, sino una salvaguarda legal y fiscal fundamental. Si una sola persona cobra el monto total y luego reparte el dinero entre sus compañeros, la Agencia Tributaria podría interpretar esas entregas como donaciones, sujetas al Impuesto de Sucesiones y Donaciones. Al cobrar de manera mancomunada, el premio se divide en origen, y cada titular recibe y declara únicamente su parte proporcional. Cabe recordar que, para premios en metálico, los primeros 40.000 euros están exentos del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas (IRPF). Más allá del método de cobro, existen otras consideraciones importantes. Los premiados deben ser conscientes de que, si mantienen deudas pendientes con Hacienda o con la Seguridad Social, el organismo correspondiente podría embargar parte o la totalidad del premio para saldarlas, impidiendo el cobro íntegro. La pérdida o el deterioro extremo del décimo también plantean problemas. Un décimo roto, ilegible o sin los hologramas de seguridad puede ser declarado inválido. En esos casos, es imprescindible presentarlo en una administración para que lo remitan a Loterías y Apuestas del Estado para su análisis. Fontanet, desde su experiencia, lanza una advertencia: "Hay que tener cuidado. Un décimo muy mojado o dañado puede dar muchos quebraderos de cabeza". Para prevenir fraudes o extravíos, recomienda fervientemente fotocopiar el décimo o guardar una imagen digital nada más adquirirlo, ya que facilitará enormemente cualquier denuncia o reclamación. Por último, un recordatorio crucial: el plazo para cobrar cualquier premio del Sorteo de Navidad finaliza el 22 de marzo de 2025. Transcurridos esos tres meses desde el día del sorteo, el derecho a reclamar el importe prescribe de forma irrevocable. Mientras, en la trastienda de la ilusión, Agustí Fontanet sigue aconsejando a sus clientes, muchos indecisos ante la búsqueda del número "bonito". Con la sabiduría de quien ha visto pasar décadas de sueños, sentencia: "Yo no rechazaría ningún número que me ofreciesen, que después vienen los lamentos. La suerte puede estar ahí y la estás rechazando". Una filosofía que, esta Navidad, puede culminar no solo con la alegría del grito de "¡Premio!", sino con la sencillez de un ping en el móvil que anuncie, a través de Bizum, que la fortuna ha llegado.