En plenas fechas navideñas, el calzado se convierte en uno de los regalos estrella y también en una de las compras más repetidas. En este contexto, el Ilustre Colegio Oficial de Podología de la Comunidad Valenciana (ICOPCV) advierte de la conveniencia de seguir ciertos consejos básicos para prevenir molestias y facilitar una correcta adaptación del pie. Así lo explica el podólogo y miembro de la junta directiva del ICOPCV, Jorge Escoto , quien detalla que aunque estrenar zapatos «puede parecer algo sin importancia», sin embargo, «un dolor de pies causado por un calzado nuevo y no poder cambiártelos porque no estás en casa, puede amargarnos perfectamente la fiesta. En este sentido, Jorge Escoto advierte que «el dolor puede extenderse por el sistema locomotor hasta las cervicales y, por supuesto, puede llegar a ser incapacitante. Hay pacientes que han normalizado sufrir los primeros días de habituación a un calzado y esto no tiene por qué ser así». Entre las recomendaciones detalladas por el ICOPCV, destaca escoger «el momento del día ideal» para probar el calzado, que es «hacia el final de la tarde», ya que es «cuando suelen estar ligeramente más hinchados ». Así, esto ayuda a asegurarse un ajuste cómodo en todos los momentos del día y permitirá observar las zonas que sufren más fricción y así evitar rozaduras o ampollas. Según subrayan desde el Colegio de Podología, existen diferentes condiciones que se pueden dar en los pies como ser «cavos, valgos, planos, con juanetes, acortamiento del tendón de Aquiles, anchos, estrechos, dedos en garra, etc». Por ello, si se va a estrenar calzado, lo «primero» que se tiene que tener en cuenta es que este calzado sea «apropiado para nuestros pies y sus condiciones». En esta línea, una vez está escogido, se aconseja probarlo dentro de casa y verificar su confortabilidad. Tanto el largo como el ancho, como la rigidez o flexibilidad del calzado, son muy importantes. «En el momento de hacer la prueba en la tienda quizás puedan parecer correctos, pero cuando se camina por casa es donde se podrá comprobar si son adecuados o no», indican desde el ICOPCV. Algunas pistas de que el calzado no es adecuado para los pies es que tenga la punta muy estrecha y comprima los laterales del pie, que presione los extremos de los dedos y los amontone, que al caminar no permita hacerlo con seguridad o que confiera inestabilidad. «Además, si vamos a estrenar calzado es crucial un proceso de adaptación gradual y proteger las zonas propensas a rozaduras. Para un correcto proceso de adaptación, los podólogos recomendamos evitar usar los zapatos nuevos durante periodos prolongados los primeros días de esta forma poco a poco se irá amoldando a la forma del pie», afirma Jorge Escoto. Desde el ICOPCV se ha recordado que, aunque el zapato parezca cómodo al principio, no es aconsejable utilizarlo directamente para un evento largo o una caminata importante porque podría provocar molestias considerables. «Por otro lado, y aunque parezca una recomendación obvia, en el caso de los deportistas, nunca deben utilizar zapatillas nuevas en una competición. El deporte es muy exigente con nuestros pies y es más probable la aparición de lesiones en la piel. Lo más adecuado es utilizarlas varios días en la rutina diaria y entrenamientos. Una vez las hayamos probado durante un periodo de tiempo considerable, podremos utilizarlas también para la competición», recalca Jorge Escoto. Los podólogos han enfatizado que otro punto importante es probar el calzado nuevo con los calcetines o medias con los que se utilizará porque la experiencia puede cambiar completamente. «De repente, podemos darnos cuenta de que los zapatos aprietan o, todo contrario, que bailan, por lo que en ambos casos demostrarían que no son adecuados para nuestros pies», insisten. Además, desde el ICOPCV se ha remarcado la importancia de escoger calcetines acorde a la actividad que se va a realizar y el tipo de calzado al que van a acompañar, ya que ellos serán los encargados de crear una barrera entre la piel y el zapato. Además, se recomienda que estén confeccionado con materiales que permitan al pie transpirar, a poder ser sin costuras y que no aprieten en la zona del tobillo. Por otro lado, una de las molestias más habituales a la hora de estrenar calzado es la aparición de ampollas o rozaduras, para ello es «útil aplicar una capa fina de vaselina o de stick antifricción en las áreas anatómicamente más propensas a las rozaduras como son el talón y los dedos. Esto reduce el roce directo con el zapato». En el caso de que aparezca una ampolla, la indicación del ICOPCV es cubrirla con un apósito adecuado para proteger la herida. Si se detectase alguna anomalía, es necesario consultar al podólogo para que evalúe el estado y profundidad de la misma. También la hidratación diaria de los pies es clave para mantener la piel flexible y que sea menos propensa a rozaduras y heridas por fricción. «Es muy importante recordar que no todos los zapatos son para todos los pies. Y si a pesar de los trucos, el calzado sigue causando un dolor, aunque no sea significativo o no se ajusta correctamente, es posible que la talla o el modelo no sean los adecuados y un ajuste correcto desde el principio es clave para evitar problemas», concluye Jorge Escoto.