La Navidad es una época de alegría y celebración, pero también puede ser una fuente importante de estrés. La presión por organizar la cena perfecta, reunirse con la familia y lidiar con las emociones intensificadas de estas fechas puede pasar factura. Para abordar estos desafíos, el programa 'Ecclesia al día' de TRECE ha conversado con Javier Quintero, jefe de Servicio de Psiquiatría y Salud Mental del Hospital Universitario Infanta Leonor, quien ofrece claves para vivir unas fiestas más serenas y conscientes. Según Quintero, el estrés "aparece en cualquier situación en la cual aumenta la exigencia". Por ello, considera fundamental regular la autoexigencia y cambiar el objetivo. "En lugar de perfecta, buscar una buena mesa de Navidad", aconseja el experto. Partiendo de la base de que tener estrés es normal, la clave está en cómo lo gestionamos. Para el psiquiatra, la solución no es buscar una quimera inalcanzable: "La perfección no existe, podremos estar crónicamente insatisfechos en la búsqueda de algo que nunca vamos a alcanzar". Para rebajar esa carga, Quintero propone dos estrategias sencillas: anticipar y planificar. Dentro de esa planificación, destaca una herramienta fundamental que a menudo se pasa por alto: delegar. Las Navidades son también un momento en que las ausencias se sienten con más fuerza. Para quienes han sufrido una pérdida reciente, estas fechas pueden ser especialmente difíciles. Quintero explica que en estos días Para afrontarlo, el psiquiatra propone abrazar una emoción compleja y sanadora: la melancolía. La define como Las cenas navideñas son un caldo de cultivo para la polarización y las discusiones, ya sea sobre política, deporte o viejas rencillas familiares. Un estudio reciente revela que el 14% de los españoles evitó alguna cena el año pasado por este motivo. Quintero subraya que La recomendación del experto es doble. Por un lado, la sinceridad: "Oye, mira, no vamos a hablar de política o no vamos a hablar de deportes porque no vamos a acabar bien". Por otro, un trabajo de autoconocimiento para gestionar las reacciones propias. Su máxima es aristotélica: "La virtud está en el término medio". El psiquiatra concluye con una advertencia clara: "Si hay un día para no resolver un conflicto, pues probablemente esa sea Nochebuena".