En el ámbito cultural, el año comenzaba en Bizkaia con la apertura de una reformada Sala Rekalde, que el pasado 28 de enero estrenaba nuevo acceso desde la calle Iparraguirre, 21 de Bilbao. Una sala que sumaba tras las obras más de 1.000 metros cuadrados de instalaciones renovadas, de las que 800 metros cuadrados son espacios expositivos. Todo con la vista puesta en afrontar los nuevos retos del futuro y adaptarse a las diferentes realidades artísticas y culturales. Ya en febrero, la Diputación Foral de Bizkaia y Taupa Euskaltzaleen Mugimendua ponían en marcha el programa Bizkaian Bagara, que tiene como ejes principales el aumento del uso del euskera, el avance en su proceso de revitalización y su integración progresiva en nuevos sectores de la sociedad. Bizkaian Bagara se basa en un diagnóstico sobre la situación del euskera y los procesos de activación lingüística comunitaria en el territorio. En abril, la Diputación aprobaba dos convocatorias de subvenciones dirigidas a ayudar a preservar los valores históricos y arquitectónicos del Territorio. En total suman 430.000 euros repartidos en dos convocatorias distintas. La primera de ellas, con una partida de 80.000 euros, surgía con el objetivo conservar, difundir y gestionar el legado histórico-cultural de Bizkaia, promoviendo investigaciones, protegiendo yacimientos arqueológicos, estudiando y documentando construcciones históricas, y contribuyendo a su conocimiento. La finalidad de la segunda, de 350.000 euros, es fomentar la restauración, conservación y consolidación del patrimonio cultural inmueble de Bizkaia, garantizando así la preservación de sus valores históricos y culturales. Desde principios de año, la Diputación impulsaba diferentes acciones con el objetivo de acercar el Palacio Foral y su historia a la ciudadanía como parte de su 125 aniversario, en octubre con una experiencia inmersiva en una caja de la historia que estará situada a pie de calle. Mientras que, en noviembre y este mes de diciembre el Palacio contaba con visitas musicadas abiertas al público, y un espectáculo de luz mapping sobre la fachada del Palacio. Y en noviembre Txakolin Museoa abría al público la exposición "Chacolí, el vino vasco con nombre propio", una muestra que rendía homenaje a la historia y a las manos que elaboran el chacolí, un vino con historia, con carácter y con un profundo arraigo en nuestra tierra. Se trataba de la primera exposición organizada por Txakolin Museoa, un hito en su labor de investigación, difusión y puesta en valor del patrimonio vitivinícola vasco, así como de su importancia cultural. Un 2025 en el que la cultura ha seguido muy, muy viva en Bizkaia.