La portera segoviana de la Selección Española Femenina de Fútbol Sala, Elena González, ha vuelto a casa con una medalla tras disputar el primer mundial femenino de la historia. Un logro que, según sus palabras, supone "todo un orgullo" y la recompensa a muchos años de "esfuerzo y sacrificio" dedicados a este deporte. González considera que la celebración de este primer mundial supone "un avance" para el deporte. "La verdad es que era un poco triste que no hubiera ningún mundial de fútbol sala femenino", ha afirmado la jugadora, quien cree que gracias a este hito "el fútbol sala femenino va a ir evolucionando poco a poco". A pesar de los progresos, la guardameta segoviana admite que este deporte todavía está poco valorado. "Es triste, pero un poco sí, vamos dando pequeños pasos, pero queda mucho por recorrer", ha señalado González. La dedicación de Elena González al más alto nivel le exige una rutina de entrenamientos matutinos, clases de inglés y sesiones específicas de porteros. Este ritmo de vida la ha llevado a vivir en Pontevedra, lejos de su Segovia natal, desde los 18 años. "Al final, pues, evidentemente, sacrificar muchas cosas para poder jugar y poder estar arriba", reconoce. Convertida en un referente para muchos niños y niñas, la portera tiene un mensaje claro para las nuevas generaciones que sueñan con seguir sus pasos. Les anima a que luchen por sus metas, ya sea en el deporte o en cualquier otra disciplina: "que nunca se rindan, que disfruten con la pasión que a ellos les guste, disfrutarlo y luchar por sus sueños".