Un pedacito del Gordo de la Lotería de Navidad se viene de la localidad leonesa de La Bañeza a Sevilla . El 79432, que no ha querido dejarse caer por Andalucía, ha recorrido la Península de norte a sur por medio de cuatro décimos que han traído la felicidad a dos sevillanos este 22 de diciembre. Se llaman Carlos y Pablo, y ambos han atendido a este periódico en este mañana en la que se han llevado la alegría con la que soñaban miles de españoles. ¿Cómo han llegado los décimos del Gordo desde un pueblo de apenas 10.000 habitantes en la provincia de León hasta la capital hispalense? Carlos lo cuenta: «Trabajo en una empresa de seguridad de Sevilla que que tiene muchas ventas por toda España. Compro un décimo en cada sitio al que voy , y este año llevaba unos veinte contando solamente los de los viajes: Barcelona, Asturias, León...«. Se da la circunstancia de que Pablo le pidió que un décimo de alguno de estos destinos, siendo justamente el de La Bañeza el que le trajo en verano, pagado correspondientemente. Ahora ambos celebran que les ha tocado El Gordo. Así, el clásico «¿Y si toca aquí?» se ha hecho realidad en estos sevillanos que van a disfrutar de unas navidades muy especiales. Si Pablo tiene un décimo, su hermano compró un total de tres: «Uno para mí y para mi mujer, otro para mi suegra y otro para la asociación 'Los gatitos de Nía', una protectora de gatos sin ánimo de lucro que cada año sortea a través de Facebook un décimo de Lotería de Navidad. Todo el premio va para esta entidad benéfica destinada a exóticos y gatos enfermos o para miembros de la misma. Los hermanos, que siguen «en una pompa» , habían empezado el día con total normalidad. Pablo estaba desayunando un colacao en casa con su novia como cada mañana mientras veía por televisión el sorteo. «Cuando vimos la terminación, pensamos que nos había tocado lo metido, pero ya después me he puesto a temblar». Al confirmarse que llevaban un décimo con el número ganador, se desató la euforia. «Esto no puede ser, no me lo podía creer». Carlos, pese a llevar tantos décimos, se enteró porque el hermano de su mujer los llamó por teléfono: «Fue una explosión de júbilo» . El año pasado ganó 120 euros entre todos los décimos que llevaba, y se habría dado por satisfecho repitiendo la misma cifra. El número 79432 que en cuestión de minutos ha marcado su vida quedará dentro de poco grabado para siempre en la piel de Pablo, que ha asegurado que «me lo voy a tatuar» . Además, el Gordo le llega tres meses después de haberle pedido matrimonio a su novia , por lo que considera que «los astros estaban con nosotros». Carlos, por su parte, aún no sabe a qué destinará el dinero: «Afortunadamente, no hay muchos huecos que tapar, pero nos va a servir para pagar más rápidamente unas deudas de la protectora». Tras los momentos iniciales de incredulidad y alegría desbordada, Pablo comienza su jornada laboral y abre el bar que regenta en Miraflores , la cervecería El grifo 41008 . «Me ha tocado el Gordo, pero yo sigo currando». Después habrá una fiesta. Porque la vida sigue, pero con alegrías como esta, se afronta de otra manera aunque sea en el trabajo. A los demás, como se dice siempre, nos queda la salud, que no es poco.