La noticia ha sorprendido a Maruja en uno de esos gestos cotidianos que no anuncian nada extraordinario: estaba comprando la Bonoloto de siempre, la que sella cada semana en la administración de su barrio, cuando supo que la suerte había pasado por allí. Y no de cualquier manera. El 77715, un quinto premio del Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad, había dejado un pellizco importante en Las 300 de Elda.