Hay bares que dan cafés. Y hay bares que dan vida. En Alcántara, ese papel lo desempeña desde hace 49 años un establecimiento que abre cuando el pueblo aún bosteza, que sirve desayunos cuando el sol empieza a asomarse y que guarda entre sus paredes casi medio siglo de historias compartidas. Un bar de los de siempre, de los que no necesitan artificios para ser imprescindibles.