La administración de la estación de Málaga reparte 8 millones entre los vecinos que llevan 40 años comprando el 25412

La constancia tiene premio, aunque a veces tarde cuatro décadas en llegar. El Sorteo Extraordinario de Navidad de este 2025 ha decidido saldar una deuda histórica con el barrio de El Perchel y, más concretamente, con los abonados de la administración de lotería número 14 de Málaga, conocida comercialmente como 'El tren de la suerte'. Ubicada en la estación de ferrocarril María Zambrano, esta oficina ha repartido este lunes 22 de diciembre más de 8,2 millones de euros gracias al número 25412, agraciado con uno de los quintos premios . La lluvia de millones tiene un sabor especial para José Manuel Cuberos Miranda, administrador de la lotería, quien ha vivido una jornada frenética tras conocerse que su ventanilla había vendido 137 series del número afortunado. La singularidad de este premio no reside solo en la cuantía, 6.000 euros al décimo, sino en la historia que esconde el boleto. Según ha explicado el propio Cuberos, se trata de un número abonado, un dígito «de toda la vida » que lleva más de cuarenta años vendiéndose en esa ventanilla, pasando de la anterior propiedad a la suya, que regenta desde hace 15 años. «Es un número nuestro, de los abonados de siempre , y por eso este año sabe mejor», ha afirmado el lotero, visiblemente emocionado entre el ir y venir de viajeros y curiosos. El año pasado, esta misma administración ya entregó premios, pero procedían de números de máquina. En esta ocasión, la suerte ha premiado la fidelidad del papel físico y la tradición. «Es la primera vez que doy un premio a un abonado mío en cantidad considerable», ha subrayado Cuberos, quien ha detallado que el montante total repartido asciende a unos «8.220.000 euros». La ubicación de la administración, en un nudo de comunicaciones vital para la capital de la Costa del Sol como es la estación de tren, ha propiciado que el 25412 sea un premio « muy repartido ». El perfil del agraciado combina dos realidades de la Málaga actual: el vecino tradicional y el turista de paso. «Ha tocado a gente que viene todos los años a llevárselo, gente que lo juega todas las semanas y también en Navidad, y mucha gente de viaje», ha explicado el administrador. El teléfono de la administración no ha dejado de sonar durante toda la mañana. Cuberos ha relatado que ha recibido llamadas de agradecimiento desde puntos tan dispares de la geografía española como Lugo o Bilbao . Sin embargo, la alegría más palpable se ha vivido en las calles aledañas a la estación, en el corazón de El Perchel, donde el número era un viejo conocido que por fin ha cumplido su promesa. A pesar de haber repartido una fortuna, el lotero ha confesado que él no se ha quedado con ningún décimo premiado. «Yo juego siempre el posterior, el 25413, y el 13», ha reconocido. Para Cuberos, la satisfacción profesional supera al lucro personal: «Es mucho más importante dar un premio que cobrar yo; nosotros vivimos de esto, y lo que realmente te da alegría es repartir dinero». La noticia ha corrido como la pólvora entre los bloques de viviendas cercanos a la Explanada de la Estación. Una de las primeras en acercarse a celebrar la noticia ha sido María del Pilar Hidalgo, vecina de El Perchel y una de las afortunadas con un décimo premiado. Sin embargo, no fue la televisión la que le dio la buena nueva, sino una llamada telefónica crucial . La malagueña se encontraba en su domicilio realizando las tareas domésticas cuando, ante la incertidumbre, decidió llamar a su hija para que fuera ella quien buscara y comprobara el número. Fue al otro lado del teléfono donde recibió la confirmación que llevaba años esperando. «Estaba arreglando el cuarto y cuando lo he visto me he venido corriendo », ha relatado Hidalgo, aún nerviosa y abrazada por los empleados de la administración instantes después de colgar y salir disparada hacia la estación. Es la primera vez que la suerte llama a su puerta. La vecina, que también validó varias combinaciones de la quiniela en el mismo establecimiento, ha reconocido que compró dos décimos, aunque de números diferentes, dudando hasta el último momento por el gasto. «Digo, ya 60 euros son muchos, pero al final compré uno», ha explicado. Sobre el destino del dinero, Hidalgo ha mostrado la prudencia y la alegría de las familias trabajadoras. «Aunque sea un pico, con eso se baña una», ha bromeado, asegurando que el premio se disfrutará con sus dos hijos y su nieta. «Los Reyes Magos se van a portar súper bien con ella, por supuesto», ha sentenciado con una sonrisa, antes de pedir a los periodistas que le hicieran una foto con el décimo para inmortalizar el momento. En el otro extremo de la balanza se encuentra Braulio Díaz Ojeda, un turista procedente de Las Palmas de Gran Canaria que ha pasado una semana de vacaciones en la provincia. Su historia es la del golpe de suerte del último minuto . Díaz compró su décimo la n oche anterior al sorteo , apenas unas horas antes de que los bombos comenzaran a girar en el Teatro Real, y sin ninguna vinculación histórica con el número. «Me lo compré anoche sobre las ocho de la tarde; vine, compré ese y otro al azar y me salió», ha narrado Braulio, quien se ha enterado del premio casi por casualidad mientras transitaba por la estación junto a su hija antes de coger el vuelo de vuelta a las islas. Al ver el revuelo y escuchar el número, la intuición le hizo detenerse. «Quería coger un poco de resuello, digo 'no puede ser', fui a mirarlo y efectivamente, es el mío », ha explicado emocionado, mostrando la «piel de gallina» a los medios congregados. Para este canario, el premio es el broche de oro a su estancia en Málaga. «Me voy súper contento, con el bolsillo lleno », ha afirmado entre risas, reconociendo que aún no sabe en qué empleará los 6.000 euros. «Todo esto cae del cielo y bienvenido sea», ha concluido antes de dirigirse a la terminal para embarcar, llevándose consigo un pedazo de la suerte de Málaga. La jornada en la estación María Zambrano ha continuado entre botellas de cava, que el administrador esperaba abrir con los afortunados, y la satisfacción del deber cumplido tras repartir más de 130 series de un número que, tras 40 años de espera , ha decidido que este 2025 era el año de El Perchel.