La NASA ya permite que su rover se conduzca solo por Marte y acelera la exploración al reducir órdenes desde la Tierra

Futuras misiones - Las imágenes tomadas de forma periódica y los recorridos reconstruidos mostraron un desplazamiento continuo de más de 400 metros, una cifra comunicada por la NASA tras analizar la operación Estos son los neumáticos que la NASA usa en sus misiones y podrían acabar para siempre con los temidos pinchazos La autonomía marca la diferencia cuando no existe asistencia inmediata. Esa condición define el tipo de decisiones que debe asumir una máquina que se desplaza en un entorno remoto y hostil, donde cada movimiento consume tiempo y energía. Perseverance en Marte responde a esa exigencia porque la conducción sin intervención directa permite avanzar más lejos sin esperar instrucciones constantes. Esa capacidad persigue reducir la dependencia del control desde la Tierra y ampliar el radio operativo diario. El objetivo es recorrer distancias mayores con seguridad, incluso cuando aparecen obstáculos que no estaban previstos en la planificación previa. Con ello se establece un marco de funcionamiento que prioriza la toma de decisiones a bordo para sostener misiones prolongadas. Un software avanzado permitió anticiparse a riesgos del terreno El rover Perseverance alcanzó el mayor desplazamiento en un solo sol gracias a conducción autónoma desarrollada por el Jet Propulsion Laboratory, un logro anunciado por la NASA tras una jornada de pruebas en la superficie marciana. Ese avance fijó un nuevo registro operativo y confirmó que la navegación automática puede sustituir tareas que antes exigían supervisión permanente , y así consolidar una forma de exploración basada en decisiones locales. El sistema Enhanced Autonomous Navigation permitió detectar peligros a una distancia de hasta 15 metros por delante del vehículo, un margen superior al de exploradores anteriores. Esa anticipación facilitó r odear rocas y desnivele s sin detener la marcha, porque el software evalúa el terreno y calcula rutas alternativas en tiempo real. La mejora en la percepción del entorno redujo paradas intermedias y mantuvo una velocidad estable durante el recorrido, con ello se incrementó la distancia cubierta en una sola jornada. La planificación humana siguió siendo necesaria para definir destinos, aunque el trayecto concreto quedó en manos del propio rover. Ingenieros del Jet Propulsion Laboratory preparan cada día las actividades, pero una vez iniciado el desplazamiento el sistema reacciona por sí mism o ante irregularidades del terreno. Esa combinación entre objetivos marcados desde la Tierra y ejecución autónoma en Marte permitió mantener el avance sin interrupciones prolongadas, de ese modo se optimizó el tiempo disponible. El seguimiento visual y los datos confirmaron la madurez del sistema El recorrido quedó documentado mediante imágenes captadas por las cámaras de navegación del vehículo. El registro visual se realizó con tomas cada 5 metros durante el primer tercio del trayecto y cada metro en los dos tercios finales, para después generar fotogramas virtuales a partir de datos reconstruidos por ordenador. Esa metodología ofreció una secuencia continua del desplazamiento y permitió analizar el comportamiento del sistema durante la conducción, además de verificar la precisión de las decisiones automáticas. La agencia espacial informó de que el desplazamiento total alcanzó 411 metros en 4 horas y 24 minutos , el mayor recorrido diario logrado hasta ahora por un explorador marciano. El hito se produjo en una única jornada de trabajo y sin asistencia directa, lo que confirmó la madurez del software de navegación y reforzó la estrategia de ampliar recorridos diarios con menor intervención humana. Tras casi 5 años de actividad en Marte, Perseverance acumula cerca de 40 kilómetros recorridos y mantiene previsiones de ampliar esa cifra con apoyo de la conducción autónoma. Investigadores como Hiro Ono , autor principal de un estudio publicado en IEEE Transactions on Field Robotics , señalaron que más del 90% del trayecto ya depende de sistemas automáticos. Esa experiencia se considera útil para futuras misiones tripuladas a la Luna y Marte, porque la conducción de largo alcance sin supervisión directa permitirá explorar zonas amplias con recursos limitados.