Galicia ha encontrado la "mina" del siglo XXI: no está bajo tierra, está en el reciclaje de sus ventanas viejas

Galicia se ha empeñado en demostrar que el futuro de la industria no se encuentra bajo tierra, extrayendo recursos finitos, sino en la capacidad de rescatar lo que ya hemos utilizado. En un contexto global obsesionado con la descarbonización, el pueblo de Coirós, en A Coruña, ha dado un golpe sobre la mesa para posicionarse como una potencia del aluminio "eterno". El gran hito industrial. Según detalla la propia compañía , Cortizo ha invertido 38 millones de euros en una nueva planta de reciclaje diseñada para absorber los residuos de aluminio y devolverlos al mercado como material nuevo. No es una nave de almacenaje al uso; se trata de una superficie de 29.000 metros cuadrados donde equipos de operarios, protegidos con trajes aluminizados para soportar el calor radiante, supervisan hornos de fundición y sistemas de trituración de última generación. Tras un periodo de pruebas este verano, la planta ha arrancado oficialmente su actividad y ya está lista para alcanzar su plena capacidad operativa. Es la respuesta gallega al reto de la escasez de materias primas: dejar de depender de la minería para confiar en la eficiencia del reciclaje. En Xataka Aterrizar en un aeropuerto lleno de placas solares se había convertido en un drama. Hasta que Málaga tuvo una idea Una visión con historia. Pero para entender este movimiento es necesario mirar atrás. La directora general de la firma, Raquel Cortizo, insiste en que esta apuesta por la circularidad no es una moda pasajera. Según detalla el medio especializado Retema , la compañía ya fue pionera en los años 90 al poner en marcha su fundición en Padrón. En aquel momento, cuando el concepto de "economía circular" apenas se mencionaba, Cortizo ya se convertía en la primera empresa en España en cerrar el ciclo productivo completo. Sin embargo, el salto actual es de otra escala. Las nuevas instalaciones tienen capacidad para producir 100.000 toneladas anuales de tocho de aluminio reciclado. El impacto ambiental lo resume La Voz de Galicia : este volumen de producción evitará emitir más de un millón y medio de toneladas de CO2 al año. Para ponerlo en perspectiva, la compañía estima que equivale a dejar de emitir los gases generados durante un año por todo el turismo de las provincias de A Coruña y Pontevedra juntas. La coreografía del reciclaje. La planta trabaja con lo que técnicamente se conoce como "chatarra posconsumo" : desde ventanas y fachadas viejas hasta ruedas de bicicleta o estructuras de carpas que han terminado su vida útil. El proceso se divide en dos fases críticas: Clasificación de precisión: Se tritura y separa mecánicamente cada elemento hasta obtener el aluminio puro. Fundición y renacimiento: El metal se funde para convertirse en el tocho Infinity . Este producto se presenta en cilindros de siete metros de largo. Lo más asombroso es su huella ambiental: su fabricación consume un 95% menos de energía que la obtención de aluminio primario. Es, en esencia, un material que ahorra energía mientras se fabrica. Reforzando el músculo gallego La planta de Coirós es la punta de lanza de una estrategia mayor. La empresa ha invertido 228 millones de euros en la comunidad solo en el último lustro. Proyectos como el Campus Tecnológico o la ampliación de sus fábricas en Padrón se consolidan ahora con este nuevo centro. La relevancia de este "aluminio gallego" ya se nota en los hogares de todo el país. La empresa señala, en uno de sus comunicados de prensa , la alianza con la promotora Metrovacesa, que ya instala estas soluciones 100% recicladas en 14 promociones de viviendas en ciudades como Madrid, Barcelona o Sevilla. Es el ciclo perfecto: el aluminio que se recupera de una reforma o un desguace vuelve a Coirós para terminar sosteniendo las ventanas de los nuevos hogares del país. ¿Hacia una industria infinita? Galicia ha encontrado en el aluminio una vía para liderar la transición ecológica sin renunciar a su identidad fabril. La planta de Coirós es la prueba de que la industria puede ser limpia, eficiente y, sobre todo, infinita. El mensaje que sale de estas instalaciones es claro: en un mundo de usar y tirar, Galicia ha decidido que nada se pierde y todo se transforma. Imagen | Cortizo Xataka | Europa está buscando dónde poner su primer reactor de fusión nuclear. Y España es uno de los mejores candidatos - La noticia Galicia ha encontrado la "mina" del siglo XXI: no está bajo tierra, está en el reciclaje de sus ventanas viejas fue publicada originalmente en Xataka por Alba Otero .