El oro y la plata han alcanzado este lunes sus respectivos máximos históricos, después de un 2025 en el que sus cotizaciones no han parado de subir a causa de la incertidumbre geopolítica que sacude al mundo. Los metales preciosos, activos refugio por antonomasia en tiempos de incertidumbre, han supuesto un alivio para los inversores y bancos centrales en momentos de volatilidad económica sin precedentes.