'Aria' se estrenó en TVE como un canto de amor a la ópera, con muchas luces y alguna sombra

El nuevo talent show llegó a La 1 con Ruth Lorenzo como maestra de ceremonias, Juanjo Bona en el backstage y un acertado Mario Marzo haciendo más didáctica la ópera para los espectadores El 'bombazo' de RTVE para las Campanadas: La Oreja de Van Gogh presentará su nuevo single en las uvas de La 1 La Lotería de Navidad dejó un número premiado en 'Espejo Público' y provocó el pique de Pilar Vidal: “No hay derecho” Este lunes, 22 de diciembre, RTVE estrenó ARIA, locos por la ópera, su nuevo talent show - producido por Gestmusic (Banijay Iberia) - para encontrar al mejor cantante de ópera. Presentado por Ruth Lorenzo , acompañada de Juanjo Bona en el backstage, y un jurado formado por la soprano Isabel Rey , el tenor José Manuel Zapata y la directora de orquesta Virginia Martínez. El estreno impactó desde los primeros segundos por una puesta en escena espectacular, en la que la orquesta Franz Schubert Filharmonia , dirigida por Tomàs Grau, abrazaba a la presentadora mientras bajaba de las escaleras y el público aplaudía deseoso de disfrutar de las actuaciones. La cantante transmitió tanta ilusión por el nuevo proyecto, como comodidad ante un formato que dejó brillar a cada uno de los que pisaron el escenario. Y ese es uno de los grandes aciertos del programa: que desprende amor por la ópera . Tanto los concursantes, como los jueces y la orquesta tratan con respeto cada nota que suena. Algo que llega a casa a través de la pantalla y deja con ganas de profundizar en esta disciplina tan pocas veces vista en TV. Otra de las luces del formato, es la parte didáctica que pone Mario Marzo explicando las historias que hay detrás de las grandes arias. Piezas que hemos escuchado infinidad de veces, pero nunca nos habíamos parado a entenderlas. Así, el programa incluye al espectador en la historia que cuentan (y cantan) los concursantes. Solo a falta de las letras de la canción en la parte inferior de la pantalla (cual karaoke), con las que el público también pudiera cantar en casa para sentirse cantante de ópera por una noche. Quizá el punto más débil del formato sea la figura del jurado secreto , al que solo se le escucha, pero no se verá hasta el final de la edición. Lo que provoca una sensación de estar hablando con una inteligencia artificial poco cálida, dentro de todo un formato tan a flor de piel. La primera expulsión de la edición El primer programa presentó a cinco de sus concursantes: Esaú, Álvaro, Merlyn, Ginés y Klaudya , al ritmo del Brindis de La traviata. Cada uno de ellos protagonizó una aria, mostrando su voz y capacidad de interpretación. Tras mostrar sus ensayos y consejos de la profesora, finalmente hacían la actuación que era juzgada por los tres miembros del jurado. Así, solo quedaron Ginés y Merlyn en la cuerda floja. Para luchar por su continuidad tuvieron que cantar de nuevo su pieza, pero a capela. Tras escucharles, los jueces sentenciaron que fuera Ginés el primer expulsado de la edición.