Un Gordo para sanar las heridas: «Hacía mucha falta una buena noticia»

La provincia de León está de enhorabuena: el primer premio de la Lotería de Navidad agració a varios de sus municipios con una lluvia de millones, hasta 728, repartidos entre La Bañeza, Villablino y La Pola de Gordón. Tan solo Madrid, con 64 millones, fue capaz de hincarle el diente al Gordo más leonés de la historia. La administración número uno de La Bañeza fue la protagonista indiscutible de esta buena estrella. « Estamos muy emocionados con haber repartido el primer premio , no sólo con lo vendido en La Bañeza, sino con los intercambios que se hicieron con La Pola de Gordón, Villablino y Madrid», aseguró la lotera propietaria, Ana María de la Fuente. Un salto «enorme» de emoción dio al ver el número y saber que era suyo. Porque el 79432 sale desde esta administración desde hace años. «Hacía más de tres décadas que el Gordo no acaba en 2», comentaba una lotera que tiene muy en cuenta la estadística. Y es que de este establecimiento, al que no paró de llegar gente durante toda la mañana del lunes, partieron las 198 series del Gordo, fruto de intercambios con esas dos localidades vecinas y también con Madrid. Además, llevó la suerte en forma de centenares de décimos al bar de Málaga 'El leonés', cuyos propietarios descienden de la localidad, y al pequeño pueblo de Manzaneda, con 22 habitantes censados, donde su Asociación de Campaneros también distribuyó ese mismo número. Si alguien ayudó también a repartir la suerte por La Bañeza, municipio leonés de unos 15.000 habitantes, fue el equipo de fútbol del pueblo : un total de 67 series, más de 200 millones, distribuidas entre familiares, vecinos, allegados y establecimientos del lugar. «Llevamos 17 años jugando a este número y nunca nos había tocado ni una triste pedrea», contaba el presidente del club, Gonzalo Prieto. Los jugadores, entrenadores y cuerpo técnico fueron los encargados de vender los décimos, de los que el equipo también se quedó una parte. «No nos dará para un campo nuevo, pero algo nos quedamos también», consideró. «Nos ha arreglado la vida», decía también el jugador Pablo Aceves, que, como gran parte de la plantilla, se enteraba de la gran noticia por el grupo de Whatsapp de aficionados. « Todos pensábamos que era una broma. ¡Pero es verdad!», explicaba. El estadio 'La Llanera' se convirtió en una fiesta donde reinó la emoción, los cánticos y los abrazos. Allí, el número 15 del equipo, Francisco Javier Amo Nestares, mostró su emoción por haber podido llevar la fortuna a una familia de diez hermanos. «Voy a pagarle la casa a mi padre y terminar de pagar mi coche» , relató este joven burgalés al que el trabajo le llevó a La Bañeza. Un total de 182 series se quedaron en tierras leonesas , con 117 en el municipio bañezano, 50 consignadas en Villablino y 15 más en La Pola, que a lo largo de la mañana del lunes extendieron la euforia en las comarcas de La Valduerna, Laciana y la Montaña Central leonesa, a medida que vecinos y agraciados se acercaban a las administraciones. Una zona que, tal y como relataba el alcalde bañezano, Javier Carrera, se llenó de «ilusión y esperanza» en un 2025 que ha estado «muy triste» ante el cierre de La Azucarera y los incendios forestales que devastaron esta tierra durante el verano. «La verdad es que sí hacía falta una buena noticia», reconocía emocionado el alcalde de Villablino, Mario Rivas, con «enorme alegría». Y es que es imposible olvidar que ha sido «un año duro y muy difícil», marcado por la muerte de hasta cinco mineros de la comarca de Laciana y otro del Bierzo en dos accidentes en sendos pozos en Asturias, cuando hacía ya siete años que las minas habían cerrado en León. El valle leonés de Laciana combinó emociones, lágrimas de alegría y nostalgias en las celebraciones posteriores al «regalo navideño» que dejó el Gordo de la Lotería, con 200 millones de euros, muy repartidos entre los vecinos, de la mano de la Asociación de Familiares de Alzheimer y Demencias Laciana (AFADLA). La oenegé vendió 500 décimos de ese número 79432 , que había adquirido en el despacho de Loterías de Mónica Menéndez de Lama en la céntrica avenida de la Constitución de Villablino. Su propósito era recaudar el dinero necesario para la compra de un vehículo adaptado para los usuarios a los que atiende. «Ahora ya tenemos furgoneta», proclamaba eufórica Isabel Bares, directora del centro en Villaseca de Laciana. Escoltada por las familias y los trabajadores no podía ocultar su emoción, mientras se enjugaba las lágrimas de alegría que también brotaban en sus acompañantes. Y añadía que los décimos vendidos «se han quedado aquí, salvo que haya comprado algún turista»: «Fundamentalmente, son vecinos de Laciana y Babia que colaboran con nosotros». Comprueba todos los números premiados del sorteo de la Lotería de Navidad 2025 usando el comprobador de ABC. Fue un cliente, probablemente un vecino del barrio de Ventas, el que un buen día entró al número 8 de la calle de Ricardo Ortiz para realizar un encargo: 10 series, o lo que es lo mismo, 100 décimos, pero solo con una condición. El número tenía que acabar en 2 , por lo que la encargada de la administración 246, Esther Lanchas, vio el 79432 colgado de su ventanilla y no tardó en cogerlo. Una de tantas casualidades, que el azar ha querido esta vez devolver en forma de Gordo, 40 millones con destino a una asociación de arte del barrio de Embajadores. Así, como ya ocurrió el año pasado con un modesto club de baloncesto, el grueso del premio repartido en Madrid ha vuelto a ser expedido a través de participaciones. Del resto, aseguraba este lunes la lotera, al menos los 6 o 7 últimos décimos han sido vendidos a vecinos de la zona. «Pero date cuenta de que llevamos con la campaña de Navidad desde junio, así que tampoco me acuerdo de quienes compraron los primeros », añadía esta mujer, que, a sus 43 años, acababa de entregar el premio más importante de su vida. De la suya y la de su padre, José Lanchas, el fundador de la administración en 1988. La propia Esther, heredera del negocio tras la jubilación de José hace tres navidades, le dijo a su marido que se quedara con el niño en casa. «Pensé que sería un día tranquilo y que solo por la tarde habría algo más de jaleo porque empezaría a llegar gente a cobrar premios», contaba. Premios menores, por supuesto. Pero la suerte quiso que a las 10.44 horas, en el cuarto alambre de la cuarta tabla, los niños de San Ildefonso cantaran el 79432 y todo lo imaginado diera un vuelco de 180 grados . «Estaba atendiendo dentro y sonó el teléfono. Yo creo que fue uno de vosotros (en referencia a los periodistas) el que me dio la noticia», rememoraba. A partir de ahí, el caos y la felicidad tomaron el enclave a partes iguales. «Llamé a mi marido, a mis padres y aquí estamos todos», comentaba, sin querer hacer pública la afortunada asociación. «No he hablado aún con ellos, si me dan el 'okey' os lo digo sin problema», se justificaba, lo que en parte servía para alimentar la rumorología entre el vecindario. Entre bambalinas, el nombre que sonaba era el de Isegoría , un «foro independiente de análisis y reflexión crítica para una sociedad más democrática, justa e igualitaria» (según la definición de su web), cuyos miembros optaron por mantenerse en un discreto segundo plano.