El primer pulso llegó ya en la noche electoral cuando Vox se negó a comparecer antes de que lo hiciera María Guardiola . Se acercaba la medianoche. La tradición marca que el vencedor de los comicios es el que cierra el turno de intervenciones. El PP apuraba los minutos a la espera del último escaño por Cáceres que aún estaba bailando, con la esperanza de llegar a la barrera de los 30 diputados. No pudo ser. En Vox la sensación, sin embargo, era de euforia. Ni siquiera en el partido de Santiago Abascal esperaban un crecimiento tan potente y se sienten con una posición de fuerza que harán valer en la negociación que debe empezar en los próximos días. Santiago... Ver Más