El adiós de Miguel Ángel Gallardo como secretario general del PSOE de Extremadura, trazado casi como una crónica de una muerte -dimisión- anunciada, abre un nuevo tiempo en el seno del Partido Socialista de Extremadura , que ha acabado, con los desastrosos resultados del domingo, entregando la cuchara en el que era un bastión casi inexpugnable. El suelo lo ha fijado el propio Gallardo, con una caída de diez escaños, hasta los 18, en un escenario hace años inimaginable para los socialistas extremeños, y ahora arranca un largo periodo de reconstrucción. En esta nueva etapa, tendrá mucho que decir el aparato del PSOE de Cáceres, que ha ejercido casi de oposición a Gallardo desde que asumiese el cargo en marzo de 2024. De hecho, fueron dos cacereñas respaldadas por el aparato, Lara Garlito y Esther Gutiérrez , las que le plantaron cara en los procesos de primarias. Ambas ganaron en su provincia. Históricamente, la provincia de Badajoz ha tenido más fuerza dentro del PSOE de Extremadura. Por peso, en bruto, y, sobre todo, por los fuertes liderazgos de Rodríguez Ibarra y Fernández Vara . Tras la marcha de este último, los socialistas cacereños intentaron, definitivamente, tomar las riendas del partido, pero la infraestructura de Gallardo como presidente de la Diputación de Badajoz frenó en seco sus expectativas. Ahora, sin embargo, es un cacereño, a priori y sobre el papel, el mejor colocado para, al menos, opositar a la secretaría general del PSOE de Extremadura. Se trata del joven Álvaro Sánchez Cotrina (Cáceres, 1986), alcalde del menudo municipio de Salorino y, desde marzo, secretario general del PSOE en la provincia de Cáceres. Graduado en Derecho por la UNED, Sánchez Cotrina alcanzó la alcaldía de su pueblo, de poco más de 500 habitantes, con apenas 25 años. En este tiempo, no ha dejado a nadie indiferente y se ha posicionado como defensor de lo rural, de los pequeños municipios. Al ser elegido secretario general de Cáceres, lanzó una campaña, «Álvaro a pie de calle», que fue entendida por muchos como su carta de presentación, pero mucho más allá de la provincia cacereña. Su perfil es radicalmente opuesto al de Miguel Ángel Gallardo. Con dotes de buen orador, se presenta cercano, con buen trato y un lenguaje más «moderno», con una gran aceptación en redes sociales, que es un terreno que domina mucho más que el ya exsecretario general de los socialistas extremeños. Suele ser contundente en sus declaraciones, con las que, normalmente, logra llamar la atención. Fue sonada su petición de prórroga de Almaraz hasta 2040: «De ello depende nuestro territorio», decía Sánchez Cotrina pese a la ambigüedad de su partido a nivel nacional y regional. Fuentes del Partido Socialista no descartan «una sorpresa», que sería un perfil femenino, hasta ahora, «desconocido». Entre los nombres que sí podrían ser futuribles, no habría que destacar el de la propia Lara Garlito , que pese a perder las primarias con Gallardo tiene fuerza en ambas provincias, pese a ser cacereña. En su día, también sonó con fuerza el nombre de Blanca Martín, que ha sido hasta el fin de la legislatura presidenta de la Asamblea, una mujer de perfil moderado, de consenso y muy cercana a Fernández Vara. Si se atiende a los verdaderos pesos pesados del partido actualmente, habría que considerar al alcalde de Mérida, Antonio Rodríguez Osuna . Siempre ha descartado la posibilidad de liderar el partido a nivel regional, pero, igualmente, siempre ha sobrevolado en torno a él esa opción, la de que diese un paso más. Sin embargo, el resultado de las Elecciones Autonómicas en Mérida, donde se ha impuesto el PP, y su presencia en la campaña de Gallardo le restan opciones. De igual manera ocurre con un perfil similar al de Sánchez Cotrina, pero en la provincia de Badajoz, el secretario general de los socialistas pacenses, Manolo Borrego, que es también alcalde de Valverde de Leganés. Su cercanía a Gallardo también le resta. En cualquier caso, la carrera por suceder a Gallardo ha comenzado y habrá que ver qué opina Ferraz.