El golpe al PSOE en Extremadura amenaza con abrir nuevas grietas entre Sánchez y sus socios

El 21D ha supuesto un duro golpe para el socialismo. Tanto por las implicaciones que tiene en el arranque del ciclo electoral como por su carácter simbólico. Extremadura fue siempre uno de los grandes bastiones del PSOE. Y ahora la resaca electoral se ha llevado por delante a Miguel Ángel Gallardo, la cara más visible de la papeleta y que ha cosechado el peor resultado del partido en unas autonómicas en esa tierra. En cambio, no ha supuesto un movimiento tectónico en el Palacio de La Moncloa ni en Ferraz, donde se han acometido ajustes quirúrgicos en el Consejo de Ministros (la salida de Pilar Alegría se saldó con el nombramiento este lunes de Elma Saiz como portavoz y de Milagros Tolón como titular de Educación) y en la Ejecutiva federal, donde se reforzó la Secretaría de Organización en la reunión de este lunes. Pero el presidente no dio ningún golpe de efecto, como esperaban algunos sectores del partido y sus socios, y volvió a mandar el mensaje de que encara la segunda parte de la legislatura con ganas y con las pilas cargadas . De hecho, los propios nombres elegidos en esta pequeña remodelación inciden en un sello continuista y con figuras muy afines al jefe del Ejecutivo. Algunas personas con las que ha conversado Sánchez en las últimas horas indican que el mensaje que traslada es que el Gobierno “es más necesario que nunca” . Esta idea fue también la que remarcó la portavoz del partido, Montse Mínguez, tras la reunión de la Ejecutiva federal. La dirigente calificó de “malo” el resultado, pero no hizo gran autocrítica de lo sucedido. La idea que trata de enmarcar Ferraz es que son unas elecciones autonómicas y que el resultado no es extrapolable al territorio nacional. La dirección socialista insiste durante estas horas en que el PP no ha logrado sus objetivos y en que no sólo no es “nadie sin Vox”, sino que ahora es “más rehén” de los de Santiago Abascal. Incluso Mínguez señaló: “Estamos más fuertes que nunca”. Gallardo decidió este lunes dimitir como secretario general después de haber dejado esta posibilidad abierta durante la noche del domingo. Era un clamor tanto en el PSOE regional como en el nacional que el candidato debía apartarse después del mal resultado que ha llevado a los socialistas de 28 diputados a 18, con un apoyo inferior al 26%. El PSOE extremeño quedará a partir de ahora en manos de una gestora , que deberá conducir a un proceso de congreso extraordinario para elegir un nuevo liderazgo (en los dos últimos cónclaves ganó Gallardo). El líder saliente sí se quedará como diputado en la Asamblea, lo que le permitirá seguir como aforado en la causa del hermano de Pedro Sánchez por la que está siendo procesado. Él cree que quedará "en nada" ese proceso judicial. Gallardo indicó que su dimisión como secretario general es una “decisión lógica” y una asunción en primera persona de responsabilidad política para que se pueda trabajar “en el impulso” del PSOE para el futuro. “Doy un paso atrás para intentar aportar con mi experiencia en lo que se me pida siempre. Soy un socialista inquieto que quiere ayudar y contribuir. Ha sido un inmenso honor ser secretario general casi dos años. Sólo puedo expresar palabras de agradecimiento a mi partido”, dijo ante los periodistas. Pidió perdón ante los votantes que hayan pensado que “no estaba a la altura”. "Me voy con la cabeza alta. Se vive con dolor no haber cumplido los objetivos, pero lo he hecho con sinceridad", apostilló, a la vez que reveló que el domingo por la noche ya le trasladó a Sánchez que dejaría el cargo. Durante la reunión de la Ejecutiva, el expresidente de la Junta de Extremadura Juan Carlos Rodríguez Ibarra propuso la abstención del PSOE en la investidura de la popular María Guardiola para dejar a Vox fuera del Gobierno extremeño. Gallardo dijo que esa decisión corresponde ya a la gestora que se formará aunque reflexionó que el PSOE debe ser la alternativa a las derechas. El resultado en Extremadura ha provocado mucha inquietud en los socios de Sánchez. La izquierda transformadora cogió aire con la candidatura de Unidas por Extremadura , que logró su máximo histórico (superando el 10% de las papeletas), pero en estas últimas horas lamentan la actitud de “inmovilismo” del PSOE. Según indicó Antonio Maíllo (IU) , Sánchez debe pasar del “manual de resistencia al manual de acción” . Para él, el “gran mensaje” de las elecciones es que los socialistas deben responder “desde la gestión de la política” al avance reaccionario, poniendo en marcha especialmente medidas para hacer frente a la crisis de la vivienda. "El PSOE sigue instalado en la parálisis, sigue instalado en el inmovilismo y sigue instalado en la autosatisfacción. Exactamente las mismas recetas, los mismos ingredientes que han llevado a la debacle electoral que sufrió ayer en Extremadura", reaccionó desde Sumar Lara Hernández . Además, Podemos, a través de Pablo Fernández, hizo esta reflexión sobre el “batacazo” del PSOE: "Es evidente que la deriva de este Gobierno y que la deriva del PSOE encabezado por Pedro Sánchez está poniendo una alfombra roja y está echándonos a los brazos del PP y de Vox". Gabriel Rufián (ERC) , una de las voces más potentes ahora mismo de la izquierda, se mostró muy crítico con Sánchez respecto a su respuesta tras las elecciones extremeñas y la elección para el Consejo de Ministros: “No ha anunciado a Gallardo de portavoz de milagro”. En cambio, este lunes EH Bildu sí anunció un acuerdo con el ala socialista del Gobierno para prorrogar durante un año más algunas medidas del escudo social, como la prohibición de los desahucios para personas vulnerables sin alternativa habitacional y de los cortes de suministros básicos, así como el mantenimiento del bono social eléctrico.