De los cuatro Evangelios del Nuevo Testamento, solo el de Lucas hace referencia a las circunstancias del nacimiento de Jesús: «Y aconteció que, estando ellos allí (en Belén), se cumplieron los días de su alumbramiento. Y (María) dio a luz a su hijo primogénito, y lo envolvió en pañales, y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón». Es un pasaje muy reproducido y fácilmente reconocible. Por eso no es raro que se me viniera a la cabeza cuando vi un vídeo alardeando del desalojo de 400 personas en Badalona. Echarlas a la calle, sin alternativa, se justifica porque encontraron una moto y varias (no más de 10, por la foto) bicis, supuestamente robadas, dentro. El anuncio de desalojo viene casi a continuación de la alerta por fuertes lluvias. A la calle. Siempre puede haber algo peor. Hay desesperación en las imágenes de Gaza: tiendas cayéndose bajo la lluvia, personas con el agua a la cintura. Y hay brutalidad en las continuas trabas que se ponen a la ayuda humanitaria. Puestos a optar por las emociones fuertes, ahora que podemos poner una doble pantalla, o ver dos simultáneamente, podéis combinar alguna de las imágenes de arriba (también las de un nacimiento navideño, el que más os guste) y, justo al lado, los titulares que os regalo: «Las guerras disparan los beneficios de la industria armamentística acaparada por EEUU» (La Vanguardia). «22 millones de fondos «verdes» en empresas de armas israelíes: la guerra como inversión sostenible» (El País). «Los 10 hombres más ricos del mundo poseen más riqueza que los 3.100 millones de personas que componen el 40% más pobre de la humanidad» (Intermón Oxfam). El 18 de diciembre fue el Día Internacional del Migrante. Gracias al Círculo de Silencio y Asamblea Antirracista por recordarlo. Al resto un buen 2026. Creo que no podemos ir a peor. O sí.