Kaja Kallas no calla ni siquiera para hacer honor a su apellido, y así está Europa, un continente antes liderado por unos dirigentes que tenían la inteligencia y la diplomacia por bandera, y hoy por una señora estonia que suelta cosas por la boca sin que hayan pasado antes por el cerebro. La señora Kallas se ha empeñado en que los activos rusos inmovilizados en bancos europeos sirvan para cubrir las necesidades financieras y militares de Ucrania, cosa que no solo no ha sentado nada bien a Rusia, sino tampoco a algunos países europeos, Bélgica, Italia, la república Checa y Bulgaria entre ellos, que temen las represalias rusas.