EL espíritu de la Navidad, el otro, está en el fondo de la nevera y en la estantería de las tentaciones. Tú que eres un disfrutón con poca fuerza de voluntad, ya sabes de lo que hablo. Cada casa tiene su rincón oculto para los caprichos: dulces, salados o de alta graduación. Los nutricionistas se tiran de los pelos pero se frotan las manos, parece contradictorio pero no lo es. Los excesos de hoy serán exigentes retos en báscula más adelante.