Los socialistas intentan descargarse la presión de una abstención para impedir un pacto del PP y la ultraderecha en Extremadura: "¿Por qué cuando gana el PSOE esa pregunta no se le hace al PP?" El éxito de Vox en Extremadura alerta a los barones del PP: “Es muy difícil la mayoría absoluta” El PSOE intenta descargarse la presión de una hipotética abstención para permitir la investidura de María Guardiola y evitar que pacte con la ultraderecha tras el batacazo en Extremadura, donde han cosechado su peor resultado histórico y han perdido diez escaños respecto a 2023. La dirección de Pedro Sánchez, que descarta ese escenario, deja la pelota en el tejado de la presidenta extremeña, que llevará a cabo una primera ronda de contactos con los grupos de cara a su investidura. “Hace dos años se votó en Extremadura y ganó nuestro querido Guillermo Fernández Vara y ahí al PP nadie le planteó que se abstuviera en la investidura de Fernández Vara, porque el PP, en cuanto puede, sale corriendo a pactar con Vox”, ha expresado la portavoz del PSOE, Montse Mínguez en una entrevista en La Hora de TVE. La intención de los socialistas es que el PP se retrate también en esta ocasión tras haber rechazado su mano tendida para sacar adelante los presupuestos regionales. “Es una pregunta que se nos hace siempre a los socialistas. ¿Por qué cuando gana el PSOE no se le hace esta pregunta al PP?”, ha respondido Mínguez sobre esa posible abstención, que planteó en la ejecutiva del PSOE extremeño el expresidente Juan Carlos Rodríguez Ibarra . Aunque en Ferraz descartan ese escenario, no quieren pronunciarse taxativamente y aseguran que la decisión corresponderá a la militancia extremeña a través de una consulta. No obstante, la estrategia pasa por trasladar la presión al PP, que buscaba en las elecciones aumentar su distancia respecto al PSOE para desgastar a Sánchez y quitarse la dependencia de Vox, pero ha fracasado en esa segunda parte. “No estamos en esa pantalla”, ha dicho Mínguez sobre la eventual abstención: “Ahora la responsabilidad le corresponde a Guardiola, qué es lo que quiere hacer y tiene que explicar a los extremeños para qué ha servido este adelanto electoral”. “Quería diferenciarse de Vox y lo que ha hecho es engordar al monstruo de Vox. Va a tener que pagar un precio más alto que nunca”, ha afirmado la portavoz del PSOE, que ha llegado a decir que Guardiola “ha perdido” las elecciones. “Las habrá ganado en votos y escaños pero los objetivos eran tres: conseguir mayoría absoluta, tener presupuestos y alejarse de Vox”, ha enumerado Mínguez, que ha asegurado que el resultado ha sido “al revés” porque “es más dependiente”. “El precio del pacto le ha subido. No tenía presupuestos, pero ¿va a tener investidura?”, se ha preguntado. Los socialistas intentan digerir la hecatombe en el que ha sido tradicionalmente su bastión. Por el momento, en Ferraz la atribuyen al candidato, Miguel Ángel Gallardo, que ha dimitido y se pondrá en marcha un congreso para su relevo, y a la desmovilización del electorado progresista que ven recuperable. “Ha habido un voto que se ha quedado en casa. Tenemos que movilizar y que salga a votar. La abstencion de la izquierda lo que provoca es una ultraderecha más gorda”, ha reflexionado Mínguez. En las federaciones socialistas temen, además, una concatenación de derrotas y se impone la sensación de fin de ciclo mientras en Moncloa intentan alejar ese escenario. “Vienen por delante seis meses muy complicados, pero el tiempo juega a nuestro favor. Cuanto más tiempo tengamos para explicarlo, mejor”, señalan fuentes gubernamentales, que consideran que los pactos de PP y Vox conllevan retrocesos para los que el Gobierno de Sánchez supone un freno. El auge de la ultraderecha es global, recuerdan en Moncloa, donde consideran que “es importante que el Gobierno de España sea un bastión contra esa ola”. Y, en ese marco, Sánchez se afanará en la agenda social a la espera de recuperar a sus socios, que cada vez marcan más distancias.