Saber hablar, expresar ideas, escuchar activamente y razonar argumentos son habilidades básicas para la vida personal, social y profesional. No son innatas sino unas competencias que se entrenan y se practican. Forman parte de las llamadas ‘soft skills’ (habilidades blandas), las aptitudes más valoradas ahora mismo en los departamentos de recursos humanos con independencia de la profesión. A pesar de que es una materia transversal en el espacio europeo de educación superior, en España sigue siendo una asignatura pendiente del sistema educativo, una laguna que se arrastra hasta la educación superior, donde, si no se repara, se enquista.