En la antesala de la Nochebuena, el programa Herrera en COPE ha acogido un profundo debate sobre el verdadero sentido de la Navidad en la sociedad contemporánea. En la sección ‘Laboratorio de ideas’, el presentador Jorge Bustos y el profesor de Ética Ricardo Calleja han analizado la tensión existente entre la celebración tradicional cristiana y una versión más laica y neutra de las fiestas, una discusión que, según el profesor, revela la postura de cada individuo ante el relato del nacimiento de Jesús, al que el anciano Simeón definió como una bandera discutida. Frente a la propuesta de una Navidad más neutra y basada en valores universales para ser más eficaz, Ricardo Calleja ha defendido la primacía del relato original. El profesor ha argumentado que, aunque la idea de buscar puntos comunes en los que no haya disputas "suena muy bien", en la práctica resulta menos efectiva. Para Calleja, el intento de diluir el cristianismo en conceptos como la paz y el amor no logra el mismo impacto que la narración de los hechos. Según el profesor de Ética, "para mover los corazones son mucho más eficaces las historias que las ideas abstractas". Ha señalado que "es mucho más universal la historia de una familia que en Belén tiene que buscar posada (...) que hablar de solidaridad, de los cuidados, del amor". Bustos reforzó esta idea al recordar una carta de la filósofa judía Hannah Arendt, quien, tras escuchar el Mesías de Händel, escribió conmovida sobre el significado profundo del nacimiento y la familia, demostrando el alcance universal de la historia más allá de las creencias. Calleja ha destacado que el relato evangélico no es una historia edulcorada, sino que contiene los "claroscuros de la realidad humana". En la narración navideña "hay de todo, hay traición, pero también hay sorpresa, hay rechazo de los propios y hay búsqueda de los lejanos, hay conjuras palaciegas, hay asesinatos". Esta dualidad, según apuntó Jorge Bustos, está presente incluso en los villancicos populares, que a menudo tienen un "matiz profundamente cruel" al recordar el destino de sufrimiento del recién nacido. Canciones tradicionales que cantábamos de niño en el cole incorporan versos como "Yo he venido al mundo para padecer", que rompen con la alegría del momento para recordar que el símbolo central del cristianismo no es el pesebre, sino la cruz. Por ello, la propuesta de Calleja para una época "blanda, postmoderna", es "seguir leyendo estas historias, seguir representándolas, sin tener miedo a que nadie le ofenda", al igual que Herodes temía que un niño le moviera "la silla". En el tramo final del debate, Jorge Bustos planteó la objeción del "laicista militante" que, pagando sus impuestos, cuestiona la presencia de un belén en el espacio público, como el de la Puerta de Alcalá en Madrid. La pregunta sobre si la reivindicación explícita de la Navidad puede molestar a los no cristianos fue directa y es una de las más repetidas durante estas fechas en el debate público. La respuesta de Calleja fue contundente. Aunque las sensibilidades son personales, afirmó que no debería molestar, ya que las naciones de raíz cristiana disfrutan de un orden y unas libertades que emanan de esa tradición. Advirtió del peligro de olvidar el relato original: "verías lo rápido que desaparecen tantas cosas que te gustan del mundo en el que vives (...) si quitas el relato de la Navidad de los corazones de las personas. Viene un mundo mucho más frío, mucho más cruel".