La Navidad y el cierre del año funcionan como un cambio de ciclo vital que, desde la psicología, impulsa a mirar atrás y proyectarse hacia el futuro. Este ejercicio natural puede activar emociones intensas y mecanismos internos que permanecen silenciados durante el resto del año. Así lo explica el doctor Francisco Lara, jefe de servicio de Psicología Clínica del Hospital Quirónsalud Córdoba y del Centro Médico Quirónsalud Jaén.