La campaña para las elecciones generales del 12 de abril de 2026 ha comenzado y, como es habitual, el debate público empieza a inundarse de promesas grandilocuentes. Candidatos a la Cámara de Diputados y al Senado ofrecen soluciones inmediatas a problemas complejos, aun cuando muchas de sus propuestas resultan abiertamente incompatibles con las funciones que la Constitución les asigna.