En el Perú, solemos discutir el presupuesto de salud como si el problema fuera únicamente de monto. ¿Cuánto falta? ¿Cuánto más hay que asignar? Pero esa discusión hace rato que no alcanza. La pregunta es si estamos logrando que cada sol invertido en salud se traduzca en mejores resultados para los pacientes. Y la respuesta es negativa.