José Carlos González-Hurtado, escritor: "El 91% de los médicos cree en los milagros; de hecho, el 80% de los seres humanos, incluida la gente que tiene más estudios, cree en ellos"

En un tiempo marcado por el escepticismo, el escritor José Carlos González-Hurtado ha defendido en 'Herrera en COPE' la base racional de la fe cristiana, afirmando que "los milagros están demostrados" y que, de hecho, la creencia en ellos está más extendida entre las personas con mayor nivel de estudios. El autor, que presenta su libro 'Las Evidencias de que Jesús es Dios', ha explicado que el "80 por 100 de los seres humanos" y hasta el "91 por 100 de los médicos creen en los milagros", que define como una "intervención prodigiosa de Dios en las causas de la naturaleza". González-Hurtado argumenta que la única razón para no creer en ellos es no creer en la existencia de un Dios que puede intervenir en su propia creación. González-Hurtado, autor de 'Las nuevas evidencias científicas de la existencia de Dios', sostiene que existen "más evidencias de que Jesús existió que de ninguna otra persona de la antigüedad". En su nuevo libro, 'Las evidencias de que Jesús es Dios', menciona "24 distintas fuentes no cristianas", incluso hostiles, que confirman no solo su existencia, sino que "él dijo que era Dios", que fundó una secta llamada cristianos y que estos creían en su resurrección tras ser crucificado. Para el escritor, "los enemigos del cristianismo dan testimonio" de las bases de la fe. Uno de los pilares que más convencen personalmente al autor son las profecías. Explica que en el Antiguo Testamento hay "entre 200 y 500 profecías sobre el Mesías" que se cumplen en Jesús, un hecho "imposible estadísticamente". Como ejemplo, cita un cálculo que reduce la probabilidad de que una sola persona cumpla 8 de ellas a "una entre 10 elevado a 48". Entre las más llamativas, destaca la de Daniel, que predice la época de su nacimiento, o la de Malaquías, que afirmaba que "el Mesías nacerá antes de la destrucción del templo", hecho que ocurrió en el año 70 d.C. Frente a la idea de que los Evangelios son textos tardíos, el experto asegura que "todos los evangelios se escriben en el siglo primero", apenas una década después de la muerte de Cristo. Esto se deduce, por ejemplo, de que el libro de los 'Hechos de los Apóstoles' termina antes de la muerte de Pablo en el año 62. Dado que los Hechos son la continuación del Evangelio de Lucas, y este a su vez menciona a Marcos y Mateo, se establece una cadena que sitúa su redacción en los "años 30 y tantos o 40" del siglo I. Esta datación temprana se ve reforzada por la arqueología, con "25.000 copias de los evangelios escritas antes de la imprenta". González-Hurtado ha hecho referencia a fragmentos como el "papiro 7Q5" del Evangelio de Marcos, datado en el año 50, o el "papiro Rylands" de Juan, anterior al año 100, que demuestran que el contenido de las Biblias actuales es "muy exacto a aquello que se escribió en el siglo primero" por testigos directos. Un punto clave en su argumentación es la transformación de los discípulos, que pasaron "del miedo y de la dispersión a la predicación pública" tras la muerte de Jesús, asumiendo un coste personal que los llevó a la muerte. "Nadie expone su vida por una mentira", recalca González-Hurtado, quien ve en este cambio radical la prueba de que "algo pasa en Pentecostés" que convierte a un grupo de hombres amedrentados en los fundadores de la religión más importante del mundo. Además, existen dos hechos que considera inexplicables sin la Resurrección: el "sepulcro vacío" y las apariciones. Sobre el primero, incluso fuentes contrarias como el Talmud lo admiten, aunque lo atribuyen a un robo. González-Hurtado descarta esta hipótesis, ya que ni los judíos ni los romanos tenían interés en ello, y si lo hubieran robado los cristianos, "alguno de ellos, antes de morir, habría dicho que el cuerpo está escondido", pero ninguno lo hizo. Sobre las apariciones a "cientos de personas", rechaza la teoría de la alucinación colectiva por ser "absolutamente imposible" según los estudios. La cuestión final, según el autor, se reduce a una elección fundamental sobre el sentido de la existencia. "O estamos aquí por casualidad, por azar, o estamos aquí porque alguien, ese que llamamos Dios, quiere". La primera opción, argumenta, nos convierte en "no más que una cucaracha con procesos mentales más sofisticados", mientras que la segunda nos define como hijos de Dios. Ante esta disyuntiva, González-Hurtado le pregunta directamente al oyente: "¿Qué es lo que quieres ser?".