La 'silla vacía' en Navidad: la historia de Dulce y las claves de una psicóloga para afrontar el duelo

La Navidad es una época de reencuentros y alegría, pero para muchas familias está marcada por la ausencia de un ser querido. Este sentimiento, conocido como el síndrome de la silla vacía, se hace más patente en estas fechas. En el programa 'Herrera en COPE Canarias', se ha abordado esta realidad a través de la historia de Dulce, cuya madre, Ascensión, falleció en 2024. Su testimonio ofrece una mirada íntima a cómo gestionar el duelo durante las fiestas. Para Dulce, esta es la segunda Navidad sin su madre. Aunque reconoce que la pérdida es algo que no se superará nunca, asegura que con el tiempo lo van llevando cada vez un poquito mejor. Sin embargo, admite que sigue siendo difícil, sobre todo en estas fechas tan señaladas. La gestión emocional de esta situación la ha trabajado junto a Libertad, psicóloga del programa de atención integral a personas con enfermedades avanzadas de la Fundación La Caixa, operado en Tenerife por Cruz Roja. En lugar de evitar el recuerdo, la familia de Dulce ha optado por honrar la memoria de Ascensión integrándola en sus celebraciones. "Yo, por ejemplo, cocino sus recetas, intento que la mesa esté como a ella le gustaba", explica Dulce. Considera que, aunque es duro, apoyarse en los recuerdos, en sus palabras y en cómo vivían la Navidad con ella les ayuda a sentirse mejor. "La silla ha estado vacía un montón de tiempo porque nadie se quería sentar ahí", confiesa, pero su hija y nieta de Ascensión ha decidido ocuparla este año para "poner una sonrisa en la mesa". Libertad, la psicóloga que ha acompañado a Dulce, explica en COPE Canarias que en Navidad "la ausencia se hace muchísimo más presente, mucho más dolorosa". Por ello, ofrece varias pautas para transitar estas fechas. La primera destaca, es respetar el propio ritmo emocional y entender que no es obligatorio celebrar de la misma forma que otros años. Sugiere hablar con la familia para decidir qué hacer y qué no, e incluso modificar tradiciones si resultan demasiado dolorosas, como cambiar el lugar de la cena. La psicóloga también recomienda darse permiso para marcharse de una reunión si uno se siente desbordado y buscar herramientas terapéuticas para dar un lugar simbólico al ser querido. Entre ellas, sugiere encender una vela, poner una foto, dedicar unas palabras, hacer un brindis o escribir una carta. Si el dolor se vuelve inmanejable, es fundamental buscar ayuda profesional. "El duelo es el trabajo más duro al que se enfrenta una persona a lo largo de su vida", subraya Libertad. Dulce confirma la importancia de este acompañamiento. "Con la ayuda de los profesionales todo es mucho más fácil, a mí me ha ayudado muchísimo", afirma. Explica que la terapia con Libertad le ha permitido enfocar el futuro de una manera más tranquila y le ha enseñado a darse tiempo para procesar sus emociones. "Permítete llorar, permítete hablar y descargar todo lo que tienes dentro, que también ayuda", le aconsejó la psicóloga. La aceptación es el primer paso del proceso. Según Libertad, hasta que no se asume la realidad de la pérdida, es imposible seguir transitando el duelo. Hablar del ser querido ayuda a hacer más real esa pérdida. Para Dulce, aunque su madre no esté físicamente, su presencia es constante y el amor permanece. Finalmente, Dulce ha querido agradecer la divulgación de estos recursos de apoyo. "Hay tantísima gente que igual no sabe que está este apoyo y que pueden contar con estos profesionales". Un mensaje que resuena con el objetivo de la iniciativa "Es Navidad, y hay una silla vacía", que busca visibilizar y acompañar a quienes enfrentan un duelo en estas fechas tan significativas.