La Asociación Turolense de Productores de Leche y Queso ha intensificado sus esfuerzos para conseguir la primera Indicación Geográfica Protegida (IGP) de queso en Aragón. Gracias a un convenio ampliado con la Diputación Provincial de Teruel, la asociación financiará los estudios de viabilidad necesarios para el proyecto IGP Queso de Teruel. Según su presidente, Carmelo Led, el año 2026 será clave para el despegue de la iniciativa, que busca obtener un sello de calidad reconocido primero en Aragón, luego por el Ministerio y finalmente en Europa. El proyecto se apoya en un producto ya consolidado: un queso con una distintiva forma lobulada que evoca corazones. Esta característica no es casual, sino que conecta directamente con la identidad de Teruel como 'ciudad del amor', famosa por la historia de los Amantes. Curiosamente, la forma surgió de un reto técnico al intentar crear un molde de la estrella mudéjar de ocho puntas, símbolo de Teruel. "Tecnológicamente no era viable", explica Led sobre el diseño original, que fue adaptado hasta convertirse en los lóbulos que hoy lo identifican. Más allá de su forma, la calidad del queso de Teruel reside en un método de elaboración compartido. Los productores trabajan con quesos de pasta prensada y siguen procesos de cuajado y maduración similares, unificados gracias al diálogo constante dentro de la asociación. Esto, sumado a las características de la leche local y las condiciones climáticas de la provincia, da como resultado un producto con una identidad organoléptica muy definida. "Hemos logrado poner unos puntos en común que hacen que el producto tenga una continuidad", afirma Led. El resultado es un queso que, independientemente de su formato o de si tiene la forma de corazón, ofrece una experiencia reconocible en boca, un sabor que representa a toda una provincia. Esta consistencia es fundamental para construir la marca Queso de Teruel y aspirar a un reconocimiento oficial como la IGP. La asociación agrupa actualmente a seis de las quince queserías de la provincia, representando a un 40 % del total de productores. Estas queserías, varias de las cuales cuentan con ganadería propia, están distribuidas por comarcas como la Sierra de Albarracín, el Bajo Aragón o la comarca de Teruel. El éxito ya acompaña a estos productores, que en los World Cheese Awards de 2025 obtuvieron un total de 19 medallas, demostrando su alto nivel competitivo. Para Led, el proyecto de la IGP es una herramienta clave para expandir mercados más allá de Teruel, ya que la producción total supera la capacidad de consumo local. El queso se convierte así en un reclamo que fusiona turismo y gastronomía, apoyado por instituciones como la Diputación y los ayuntamientos. "Es una simbiosis que genera empleo y riqueza", destaca el presidente de la asociación, quien defiende que el crecimiento de los productores "seguro que también hará crecer a Teruel".