No es fácil. Nada fácil. Todos, todos, los expertos y, por descontado, todos los médicos que tratan a los pilotos de MotoGP, sean de donde sean, anunciaron, con la boca pequeña y en secreto, que la lesión que había sufrido, de nuevo, el campeonísimo Marc Márquez (Ducati), durante el Gran Premio de Indonesia, cuando el italiano Marco Bezzecchi (Aprilia), junto a Àlex Márquez, el chico de moda y revelación del 2025, lo tiró nada más empezar la carrera, era mucho más delicada de lo que, incluso, el propio nueve veces campeón del mundo consideraba en principio.