La Navidad suele presentarse como un tiempo de celebración, reencuentros y alegría compartida. Sin embargo, para muchas personas, estas fechas despiertan una sensación agridulce que convive con el entusiasmo propio de la tradición. La intensidad emocional que caracteriza este periodo invita tanto a la gratitud como a la nostalgia, recordándonos ausencias, ciclos que se cierran y expectativas que no siempre se cumplen.