El Gordo de la Lotería de Navidad ya no te cambia la vida: pierde el 90 % de su valor real

El sorteo de la Lotería de Navidad genera cada año una enorme expectación, pero el valor real de su premio principal, El Gordo, ha sufrido una drástica devaluación con el paso de las décadas. Según explica el economista Carlos Medrano, el premio ha perdido hasta un 90 % de su poder de compra debido a la inflación, transformándose de un importe que "te cambiaba la vida" a una cantidad que, si bien es una gran ayuda, ya no tiene el mismo impacto. Para ilustrar esta pérdida, Medrano realiza una comparativa reveladora. En el año 1967, el premio Gordo era de 7,5 millones de pesetas. Si se calcula el poder de compra real de esa cantidad hoy en día, aplicando la inflación acumulada, el resultado es sorprendente: "equivaldría a que hoy te tocaran 1,2 millones de euros netos", afirma el economista. Esta cifra contrasta con los 400.000 euros actuales, que se quedan en 320.000 euros tras la retención del 20 % de Hacienda, un impuesto que, como recuerda Medrano, fue introducido por el ministro Cristóbal Montoro. La raíz del problema, según el experto, se encuentra en el actual sistema de dinero fiat, una moneda sin respaldo en activos físicos como el oro. Medrano explica que el antiguo patrón oro obligaba a los bancos centrales a emitir moneda con el respaldo de sus reservas de oro. Sin embargo, este sistema desapareció en 1971, cuando el presidente estadounidense Richard Nixon desvinculó el dólar del oro. Desde entonces, la capacidad de emitir dinero sin freno ha sido, en su opinión, la causa principal de la inflación. El economista insiste en la importancia de entender correctamente este fenómeno: "La inflación es la pérdida de valor de la moneda, y la consecuencia, la subida de los precios". Medrano critica que esta es "la clave que no se explica bien" y que está directamente relacionada con la "emisión excesiva de moneda que hacen los bancos centrales", un tema que abordará en su próximo libro, que se titulará 'El robo del milenio'. Esta devaluación ha cambiado por completo el propósito del premio. En los años 60 y 70, ganar la lotería permitía a los afortunados no solo pagar deudas, sino también "montar empresas" o comprar un local comercial para asegurar una renta futura. Se pasaba de una situación normal a "convertirse en una persona rica", señala Medrano. En cambio, en la actualidad, el premio se ha convertido en "un alivio" para "tapar agujeros", como liquidar una hipoteca o comprar un coche, pero sin la capacidad de generar una riqueza duradera. La conclusión de Medrano es clara: "Hemos aceptado como normal que un premio a la lotería sea un parche tapar agujeros, cuando antes era un cambio de vida". Esta reflexión pone de manifiesto cómo la percepción social del premio se ha adaptado a su nueva realidad económica. El problema de la inflación no afecta solo a los premios de lotería, sino a los ahorros de toda la ciudadanía. Medrano expone que 1.000 euros ahorrados en el año 2000 han perdido un 76,8 % de su valor en 25 años. Por ello, insiste en que "el dinero quieto pierde" y subraya la importancia de la educación financiera para aprender a invertir y proteger el patrimonio. Siguiendo el consejo del célebre inversor Warren Buffett, Medrano recomienda "no invertir en algo que no entiendas", y anima a cada persona a buscar oportunidades en los sectores que conoce, ya sea el campo, la maquinaria para una empresa o cualquier otro ámbito de su experiencia. Para el economista, las decisiones financieras "no se pueden delegar, son tu responsabilidad", y es fundamental entender la relación entre rentabilidad y riesgo antes de tomar cualquier decisión. A pesar de la pérdida de valor y las bajas probabilidades, la tradición de la Lotería de Navidad se mantiene fuerte. Medrano cita a su amigo Javier Otafu, quien dice que "la lotería es el juego de los que no saben matemáticas", pero contrapone que "la costumbre es más que la ley", aludiendo al fuero navarro. El miedo a que toque a familiares o compañeros de trabajo y quedarse fuera es, para muchos, un motivo más poderoso que cualquier cálculo de probabilidades.