En Alicante, la Inteligencia Artificial ya no es una promesa de futuro: es una herramienta que está salvando vidas hoy. El Hospital Doctor Balmis y el instituto de investigación ISABIAL han logrado algo tan sencillo como revolucionario: reducir el riesgo de muerte de pacientes cardíacos mientras esperan una intervención clave. Hablamos del proyecto TELETAVI, un sistema basado en Inteligencia Artificial que permite hacer un seguimiento estrecho de pacientes con estenosis aórtica severa, una enfermedad frecuente en personas mayores y potencialmente mortal si no se actúa a tiempo. ¿Cómo funciona? Con algo tan cotidiano como una llamada telefónica. Cada dos semanas, un asistente virtual con voz realiza nueve preguntas médicas muy concretas. La conversación dura poco más de dos minutos, pero es suficiente para detectar si el estado del paciente ha empeorado y necesita pasar antes por quirófano. Y los datos hablan por sí solos. Desde su puesta en marcha, el sistema ha seguido a 255 pacientes y ha permitido priorizar a 46 que, de no haberse adelantado, podrían no haber llegado en condiciones óptimas a la intervención… o directamente no haber llegado. “Este seguimiento salva vidas”, aseguran los profesionales del Balmis. Y no es una frase hecha. La estenosis aórtica puede avanzar de forma silenciosa, y una espera prolongada puede marcar la diferencia entre una intervención exitosa y un desenlace fatal. Además, el impacto va más allá de la lista de espera. Gracias a este control remoto, muchos pacientes reciben el alta en 24 o 48 horas tras la implantación de la válvula, algo impensable hace solo unos años. Todo ello sin desplazamientos innecesarios y con la tranquilidad de estar vigilados desde casa. Este año, el Hospital Doctor Balmis ha realizado alrededor de 300 implantes de válvula aórtica percutánea, y las previsiones apuntan a un crecimiento del 20 % en 2026. Un procedimiento altamente especializado que solo se realiza en este centro en toda la provincia y que requiere un equipo multidisciplinar de primer nivel. Alicante se sitúa así en la vanguardia de la cardiología, demostrando que la tecnología, cuando se pone al servicio de las personas, no deshumaniza la medicina… la hace más cercana, más rápida y, sobre todo, más justa.